𝐅𝐨𝐮𝐫

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Los intrusos en las esferas escarlatas crecían en mayor medida conforme las palabras avanzaban, las caras horrorizadas de los presentes mientras se describía cada vivencia eran propios de la presencia del un boggart

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Los intrusos en las esferas escarlatas crecían en mayor medida conforme las palabras avanzaban, las caras horrorizadas de los presentes mientras se describía cada vivencia eran propios de la presencia del un boggart. Finalmente la castaña sucumbió a la insistencia de las lágrimas por salir, estás se hicieron presentes al finalizar su relato pues esperaban ansiosas su debut en el rostro de la joven.

El silencio se adueñó del lugar nuevamente, pues las palabras no tenían el valor de salir por los labios de ningún docente en el aula, las miradas de compasión eran dirigidas a la joven, misma que ahogaba sus sollozos por un orgullo completamente destrozado.

Albus Dumbledore deseaba poder utilizar el giratiempo para evitarse aquella explicación, sin embargo sabía que por más vueltas dadas al artefacto ya no podrían evitar esto, Minerva McGonagall deseaba utilizar los Obvliate's necesarios para eliminar esa historia de su mente, pues la irreverencia de sus alumnos provocó que saliera a la luz.

El resto del personal escuchaba las interrupciones provocadas por los sollozos ahogados de manera fallida, sin duda el aura de la oficina había cambiado drásticamente. El silencio se mantuvo dueño de la situación, pues los presentes se encontraban analizando toda la información a la que tuvieron acceso, eso hasta que la castaña decidió hablar.

—No quiero su lástima, he tenido la suficiente como para burlarme de ella.

—Lia, espero sepas que nada de esto saldrá de la oficina, no tendrás porque preocuparte. —Comentó Dumbledore tras observar el pequeño tic en las manos de la joven tras contar la verdad.

—Lo sé, por eso les pedí el juramento —continuó— ahora sí me disculpan necesito hablar con mi padre. —Sin más palabra la joven se retiró del aula, ignorando los rostros de incredulidad de sus profesores.

El camino hacia la sala común parecía eterno con todos los susurros en  cada pasillo donde se parase, cada mirada le quemaba cualquier parte del cuerpo. Por más que se acostumbraba cada comienzo era como la primera vez, aún así debía mantener el rostro en alto, después de todo era una Stark.

Aquellos susurros que se preguntaban de donde saco sus poderes, le hacían recordar lo ridículos que se veían los muggles de Nueva York buscando información sobre los mismos, todo era divertido hasta que escuchó a un alumno de Gryffindor decir "Su padre experimento con ella" fue ahí cuando las cosas cambiaron.
Acercándose lentamente hacia él, le sonrió tranquilamente mientras observaba la mirada de terror que le profesaba y era lo menos que aquel león podía permitirse.

—En lo que resta de tu miserable vida, más te vale no volver a repetir eso, al menos que yo no te escuche decirlo. Por que será lo último que tus amigos te escucharán decir. —Sonrió y dio media vuelta para continuar con su camino.

Una vez en su sala común pudo notar que no era el centro de atención, ni habían murmullos que llevasen su nombre.

En uno de los sillones pudo divisar a Blaise; que se encontraba leyendo uno de sus libros, inconcientemente una sonrisa se formaba en sus labios mientras lo observaba. Dándose cuenta de eso intentó cubrirla con el dorso de la mano mientras cruzaba rápidamente la sala, llegando a las escaleras se percató de que Zabini ya no se encontraba, fue ahí cuando unas manos se posaron sobre sus ojos; haciéndola sobresaltarse hasta que pudo notar a quien pertenecían aquellas manos.

Pureza de la sangre || Blaise ZabiniWhere stories live. Discover now