Dulce Dueño - Kakucho x Lectora

1

-"No, no, no, no, esto está mal! Esto está mal!"

Veías a tu padre caminar de un lado a otro con las manos en su cabeza.

-"Necesito más tiempo- sólo un poco más y podré pagar todo... Sólo un poco más de tiempo..."

-"Papá... Estás bien?" le preguntaste preocupada acercandote a él con cuidado

-"Esto es tu culpa!" dijo apuntandote de golpe, realmente estaba fuera de si, la rabia y nervios lo habían consumido "Tu y tu maldita Universidad! Se arrebataron todo mi dinero!"

Te dolía que dijera eso, porque no era cierto, tu trabajabas para pagar tus cosas, sabiendo que tu padre estaba metido en deudas.

Pero no dijiste nada, eso sólo lo haría enfadar más.

Cuando se escuchó unos golpes en la puerta, allí fue cuando se derrumbó todo el mundo de tu padre.

Cambio su postura, acomodó su cabello y pasó sus manos por su rostro dando un suspiro.

-"Ven cariño" dijo suave ahora colocando sus manos en tus hombros para que lo acompañes hasta la puerta de la casa

Abrió la puerta con cuidado, ahora se veía algo calmado.

Pudiste ver a dos hombres en la entrada.

-"Espero que tengas lo que nos debes" dijo uno de ellos, con el cabello largo y blanco

-"Te estas quedando sin tiempo~" otro con el cabello rosado habló en una sonrisa

Te daban miedo ambos hombres.

En un instante, fuiste empujada hacia ellos.

-"Cuanto creen que valga ella? Pueden darme más tiempo o descontarme alguna deuda?" tu padre preguntó con tranquilidad

Sentiste tu respiración detenerse un momento, no podías creer lo que estaba pasando.

Uno de ellos tomó tu mentón e hizo que alces la mirada, tus ojos se estaban llenando de lágrimas, y no soltabas ni un ruido.

-"Mm... Te daremos tres meses más por la chica" el pelirosado dijo en una sonrisa

-"Muchas gracias, es más que suficiente"

-"Muy bien, andando niña" dijo para tomar tu muñeca y empezar a caminar

No tardaste enseguirlo, en silencio, con la cabeza baja.

No peleaste, no hiciste nada al respecto, porque sabías que cualquier cosa que harías, solo empeoraria las cosas.

Subiste a un auto y te quedaste mirando tus manos en tus rodillas.

-"No crees que es bonita? Qué deberíamos hacer con ella?"

-"Mm, Kakucho siempre se ve de mal humor, no? Quizás una chica bonita y nueva le alegre un poco" el peliblanco dijo

Escuchabas a ambos sujetos hablando sobre que iban a hacer contigo.

Ya sabías que estabas arruinada, nada de lo que fueses a hacer iba a mejorar esto.

Luego de un tiempo en el auto, te bajaron tomando tu brazo y llevandote dentro de una mansión.

-"Kakucho! Ven aquí! Dónde está ese sujeto?" el pelirosado habló mientras te jalaba del brazo "Kakucho!" empezó a golpear una puerta

-"Qué quieres? Estoy ocupado" se escuchó una voz desde dentro del cuarto

-"Te trajimos un regalo! A ver si cambias esa cara de amargado!"

-"No quiero nada de ustedes!"

-"Ugh que aguafiestas eres!" te miró y luego abrió la puerta sin más lanzandote dentro del cuarto "Es toda tuya, haz lo que quieras con ella" le dijo para luego cerrar la puerta

Cuando te lanzó, no tuviste tiempo a balancearte y caiste al suelo, te quedaste allí un momento.

-"Estás bien?" viste una mano extenderse hacia ti

Y en ese momento, cuando alzaste la cabeza, viste a ese hombre del que hablaban, Kakucho.

Te pareció que tenía una expresión mucho más suave que los demás.

Tomaste su mano y él te ayudó a levantarte.

-"Ah... Mira, sea lo que sea que te hayan pagado no deberías hacer eso" te dijo mirándote "Puedes dormir aquí, y mañana te llevaré a tu casa, si?"

-"Papá me regaló a esos hombres, por tres meses más de tiempo para pagar sus deudas" le dijiste "No creo poder volver a casa"

-"Oh... Ya veo" te quedó mirando "Qué edad tienes?"

-"19" respondiste mirando el suelo "Vivía con papá mientras estudiaba, mi mamá nos dejó y no quiere saber nada de nosotros"

-"Está bien, entonces..." se quedó pensando en lo que Sanzu le dijo "Ahora serás mi asistente, si?"

-"Okay" asentiste sin más

-"Si alguien te molesta, me lo dices a mi, y nadie más te puede dar ordenes, se acuerdo?"

-"Okay" volviste a asentir

Le preocupaba un poco como estabas de acuerdo en todo lo que decía.

Pero hizo esto, para que nadie pudiera molestarte el tiempo que estuvieras en ese lugar.