Dulce Dueño - Kakucho x Lectora

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-"(T/n) (T/a), 19 años, su padre? Nos debe al menos un millón de yenes" Ran empezó a decir viendo a Kakucho llegar "Rindou y yo antes nos encargabamos de los negocios con él, conocimos a la niña desde sus 15"

-"Oh, así que la conocen" Kakucho comentó alzando una ceja viéndolo

Tu por tu parte, te habías quedado en el cuarto por orden de Kakucho.

-"Así es, pero ella nunca nos ha conocido" Agregó sonriente Ran "Puedo venderte algo de información de ella, se ve que le has tomado mucho cariño, no es así? La tratas demasiado bien"

-"Sólo estoy siendo amable"

-"No lo eres cuando vamos a los burdeles y las mujeres se te acercan, te alejas enseguida de ellas con una mueca horrible en tu rostro, y luego las asustas sólo con tu mirada" Ran comentó mirándolo

-"Es sólo una niña aún, a penas y estaba empezando a tener su vida y su padre la lanzó como si nada a una organización, que debe saber bien como es, como un pago, sólo para tener más tiempo para pagar sus deudas? Eso es horrible!"

-"Si que tienes empatía con la chica" Rindou comentó llegando donde ellos estaban

-"Ugh, pueden dejarme en paz?" colocó sus manos en su frente, sobando su cabeza ya algo fastidiado

-"La chica fue un regalo para que te relajaras~ quizás podría pedirle, si no vas a acostarte con ella, un masaje?" Rindou sugirió

-"Lo único que quiero es que me dejen en paz" dijo alejándose de ellos

Pero aún así se quedó pensando en lo que dijeron.

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-"Así está bien?" preguntaste pasando tus manos por su espalda

-"Mm... Es perfecto..." dijo en un murmuro

-"Me alegra oír eso" sonreiste mientras continuaste con el masaje

Cuando llegó de nuevo a su cuarto, preguntó si podias hacerle el favor de hacerle un masaje, y aceptaste sin problema.

Así que ahora estaba recostado boca abajo, con su torso descubierto, contigo encima haciendole un masaje.

Nunca pensó que se relajaria tanto con algo así.

-"Tienes muchos nudos en la espalda" comentaste

-"Mm-mh" murmuró

Te quedaste en silencio mientras continuabas, hasta que él te dijo que podías parar que ya se sentía mejor.

-"Nunca pensé que un masaje sería tan relajante..." dijo en un suspiró colocandose su camisa

-"Me alegra poder ayudarte de alguna manera" comentaste sonriendole

-"Oye... Qué clase de relación, tenías con tu padre?" preguntó mirandote

-"Bueno, vivíamos juntos, y él dijo que a partir del día en que mamá se fue, yo me tenía que hacer cargo del papel de mujer de la casa, si yo hacia todo lo que debía, papá se ponía muy feliz conmigo" respondiste jugando con tus pulgares "Era difícil hacerlo con la secundaria... Pero con la Universidad ya se me había hecho imposible seguir manteniendo la casa igual, porque también había conseguido un trabajo para pagar mis cosas... Entonces, papá ya no estaba... Tan feliz conmigo" Suspiraste

-"Ya veo... Ah... Lamento que todo eso por lo que tanto trabajaste, se te haya arrebatado... Tus estudios, tu trabajo, estando aquí, no vas a poder continuarlos" comentó mirandote "Ahora eres como una garantía, la cual durará tres meses... Veremos que ocurre después de eso"

-"Tres meses no es mucho" comentaste mirando a un lado

-"Pasará antes de que te des cuenta" respondió suavemente

-"Luego volveré con mi papá?"

-"Si paga sus deudas, si"

-"Y si no?" alzaste la mirada para verlo a los ojos cuando hiciste aquella pregunta

-"...Eso no lo decido yo" respondió

-"No crees que yo puedo valer un poco más que tres meses? Al menos cinco? Puedo- yo sé lavar, cocinar, planchar, limpiar, coser, ordenar! Puedo- puedo llegar a valer un poquito más y-!"

-"De eso yo no me ocupo" dijo con cierta firmeza

-"Lo siento... Lo siento"

-"Quieres darle más tiempo a tu padre para que junte el dinero?"

-"No... Sólo quiero quedarme lejos de papá el mayor tiempo posible..."

Cuando dijiste aquello se quedó en completo silencio mirandote.

Que tan mala tenía que ser tu vida con aquel hombre, como para preferir a unos completos desconocidos, incluso no teniendo problema en hacer lo que te digan.

Era cuestión de tiempo para enterarse de los sucesos.