[❥︎Sweet Obssesionఌ︎] Dekutodo/Bakutodo

❥︎Capítulo 10

Jamás pensó que su vida se tornaría un poco problemática desde el primer encuentro con su acosador aunque seguía dudando sobre si contarle o no a alguien más al respecto. Para su desgracia, no fue tan solo un día en el que no pudo dormir por la orden que recibió con la voz de ese alfa, sino que en realidad fueron casi cuatro enteros.

Concentrarse en clase cada vez le iba costando más, debiendo que luchar consigo mismo para dejar de cabecear y anotar lo que sus maestros mencionaran. Lo peor de todo es que en los momentos en que se disponía a cerrar sus ojos para descansar siquiera un poco, su omega interno se alteraba tanto que lo obligaba a despertarse de golpe como si le recriminara que le hacía falta el peluche para hacerlo, de modo que unas cuantas ojeras se le estaban empezando a notar en su rostro. Así mismo, descartó la posibilidad de preguntarle a Aizawa si le podía devolver el objeto dado a que sería una actitud muy sospechosa de su parte, por lo que llegó al punto de pensar en la posibilidad de adentrarse en la enfermería de Recovery girl para tomar al gatito sin avisar con tal de recuperar sus horas de sueño perdidas; mas optó por no hacerlo porque en parte iba en contra de sus ideales como futuro héroe.

Aún así, aquella situación lo iba desesperando más con el pasar del tiempo, sobre todo por las preguntas que su alfa y amigos no dejaban de realizarle por su estado, sumado a que su propio cuerpo estaba sufriendo por la falta descanso y temía que tarde o temprano llegara a colapsar.

-¿Otra vez café?- le cuestionó su Katsuki mientras desayunaban los dos juntos como cada mañana.

-Sí Kats- afirmó con seguridad pese a que le costara hacerlo por la mirada que el contrario tenía sobre él- no es mala idea tomarlo a esta hora.. aparte que me recuerda a tí- mencionó refiriéndose a su aroma y admirándolo con una pequeña sonrisa antes de beber un poco del amargo líquido.

Bakugou al no estar convencido por completo de su respuesta, esperó hasta que colocara la taza sobre la mesa para atrapar  con  suavidad su mentón y obligarlo a mantener contacto visual mientras acercaba más su rostro al suyo.

-Fresita, qué ocultas?- le preguntó el alfa directo y con seriedad- Te conozco bien y sé que solo recurres al café cargado en raras ocasiones porque casi siempre prefieres la leche. Llevas tres días seguidos tomándolo y ni creas que no he notado tus ojeras o lo adormecido que estás en clases. Aparte que solo un idiota no se percataría que haz estado actuando extraño desde que ocurrió lo del patrullaje y no me digas que no porque por la marca sé lo inquieto que estás.

Ante ese cuestionamiento tan solo pudo tragar saliva a la par que se sentía acorralado por completo.

¡Nunca creyó que fuese tan obvio!

Pero vaya que se equivocó al respecto y de nuevo en su mente empezaba a formarse un debate sobre si hablarle o no de lo sucedido con su acosador; no obstante, para suerte suya la voz de su profesor los interrumpió por completo aunque la mirada de su novio le hizo conocer que continuarían hablando después.