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En un mundo donde el lazo de las almas gemelas era real, y que menos del 5% de la población mundial encontraba a la otra mitad de su lazo. Los gemelos Kawata habían nacido rodeados de amor, desde el momento que aún se encontraban en el vientre de su madre. Habían crecido observando la relación de ensueño de sus padres, destinados por el lazo. Eso hacia a los gemelos tener altas expectativas de su encuentro con su alma gemela.
Se habían rodeado de la maravillosa historia que contaban sus padres de como se conocieron y como es que había nacido el amor entre ellos. No solo la historia de sus padres hacia que sus expectativas sobre sus almas gemelas se hicieran cada vez más elevadas, las historias que contaban sus amigos de la Tokyo Manji sobre cómo conocieron a sus almas gemelas también influian en ellos.
Draken y Mikey se conocieron cuando Manjiro salvó a Draken de una pandilla de bravucones de secundaria (una historia muy exagerada, mencionaba Draken cada vez que a Mikey se le daba por contar por milésima vez como se habían conocido). Hakkai y Mitsuya, se conocieron cuando el pelimorado detuvo al más alto de moler a golpes a un tipo en el parque, al sentir la aparición de la marca Mitsuya con una sonrisa invito a comer a Hakkai a su casa. La historia de Baji y Chifuyu, en las palabras de Nahoya era un poco aburrida, el rubio había conocido al pelinegro cuando esté lo estaba buscando para enfrentarlo por ser un pandillero y termino corrigiendo su horrorosa ortografía y dándose cuenta de que eran almas gemelas. La de Baji y Kazutora, y la de Chifuyu y Kazutora no habían sido contadas entre las largas pláticas que se habían compartido entre los miembros.
Aunque Souya conociendo la personalidad de Kazutora y Baji, realmente creía que su encuentro había sido un completo desastre. Se compadecía de Chifuyu que tendría que aguantar a esos dos para toda la vida.
Con el paso de los años las esperanzas del menor de los Kawata no hacían más que aumentar, imaginando múltiples escenarios de como sería su encuentro con su alma gemela, mientras que por otro lado Nahoya era mucho más realista, era muy improbable conocer a tu alma gemela, incluso era un milagro siquiera poseer la marca; Smiley creía prácticamente imposible que eso pasará, pero siempre que su hermano hablaba de eso el siempre le sonreía y le decía que seguro la encontraría, y que esa persona sería muy buena y que lo cuidaría mucho.
- Pero no más que yo, Sou, aunque encuentres a tu alma gemela, yo siempre seré tu persona favorita.
- ¡Tu también Naho! ¡Lo tienes que prometer!
Nahoya no tenía el corazón para decirle que ya se había resignado a pasar el resto de su vida sin haber encontrado a su alma gemela, por lo que siempre le contestaba con un sí.
- Claro hermanito, te lo prometo.
Juntaban sus dedos meñiques en señal de una promesa irrompible y se sonreían el uno al otro, sin conocer el futuro que les deparaba.
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