Capítulo 14.

7.2K 826 239
                                    

— ¡Rin! ¡Que bueno que si pudieron venir!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Rin! ¡Que bueno que si pudieron venir!

Souya se encontraba emocionado, aunque su expresión siguiera siendo la misma, su tono de voz le hacía saber a Rindou que se encontraba feliz de verlo de nuevo.

Aunque en realidad no tiene menos de dos horas desde la última vez que se vieron.

Ante el entusiasta recibimiento de Souya, Rindou no pudo evitar sonreírle parado frente a su puerta— Sou...

Ran quien se encontraba al lado de Rindou, rodó los ojos ante las miradas que se hacían esos dos tortolitos justo en la puerta. Empujó a Rindou hacía un lado para poder entrar al hogar de los Kawata, sacándolos de su ensoñación.

— Hola Sou-chan, lindo pijama por cierto—. Dijo Ran mientras entraba al hogar, haciendo que Souya se sonrojara al ver que no había cambiado su ropa de dormir por una más decente para ver a Rindou.

Había estado tan emocionado, con la idea de ver a Rindou de nuevo, que no se dió cuenta de que se encontraba con el pijama y sus cabellos aún más alborotados de lo usual, ya que se había duchado hace pocos minutos atrás.

— Ran, no entres como si fuera tu casa, eres un grosero—. Regaño Rindou a su hermano mayor cuando lo vio pasar a la casa sin permiso, sintiendo la vergüenza querer apoderarse de su rostro— Lo siento, Souya, Ran es un descarado.

— No te preocupes, Rin—. Souya lo llamo con una mano al interior del hogar—. Vamos, entra que está empezando a hacer un poco de frío.

En realidad a Souya le parecía realmente divertida la dinámica de esos dos hermanos, eran bastante diferentes entre si sus personalidades, pero por alguna extraña razón parecían acoplarse a la perfección.

Justo como Nahoya y el.

— Rin, no seas un aguafiestas.

Ran busco discretamente con la mirada unos cabellos naranjas a la vista, pero al parecer no se encontraba por ningún lado, internamente hizo un pequeño puchero triste. No podría ver la naricita arrugada en fastidio de Nahoya cuando lo viera en su hogar, y esa era una de las razones principales por la que había venido.

— Naho está en la cocina—. Le aviso Souya como si le estuviera leyendo la mente, cosa a la que Ran asintió feliz, por lo menos no huyó en cuanto supo que vendrían—. Esperenme aquí, iré a ayudarlo.

Souya los guío a la sala que estaba a unos metros del comedor. Diciéndoles que no se demoraría demasiado, y que traería a Nahoya para que comieran juntos.

Rindou solo esperaba salir con vida de esa comida, no quería morir envenenado o algo peor.

— Naho-nii, ¿estás molesto?—. Preguntó Souya en cuanto asomó su cabecita en el umbral de la cocina, con ese tono que sabía perfectamente que Nahoya no podía resistir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Soulmates «Ringry & Ranley»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora