Capítulo 6

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Narrador omnisciente

Ocurrió un inconveniente en el jet privado de los Campbell y tienen que quedarse en Dinamarca por dos días. El aeropuerto está repleto de paparazzi que esperan la gran entrada del empresario pero este no quiere más cámaras en sus hijos ni que salgan en televisión, sabe que los agobia por lo que tomó la mejor decisión hasta el momento.

Miles no quiere saber de su padre, se niega por el solo hecho de que se siente desplazado. Una vez mas aguanta las lágrimas y Lucas busca un lugar donde se puedan quedar. No les cuesta nada comprar una propiedad con el dinero que poseen pero es preferible arrendar alguna mansión de lujo en vez de malgastar porque no usarán por mucho tiempo.

Descartan la idea del hotel ya que este no deja pasar por la cantidad de personas que se enteraron que Alexander se estaba hospedando ahí.

Por otro lado Milan solo piensa en una sola cosa y es el por qué su madre tuvo esa actitud para dejarlo así como así. Ha mirado por la ventana todo el camino y desea encerrarse en un lugar para poder pensar. No le desagrada la idea de tener que vivir con su hermano y su padre otra vez pero sabe que la vida le cambiará, antes pasaba viajando cada día, su madre lo trasladaba sin parar y dejó la escuela este último año ya que no tenía como pagarla porque el fondo guardado en el banco para sus estudios quedó vacío porque su madre sacó todo para otras inversiones que se convirtieron en la nada.

Ahora los tres caminan a un lujoso lugar y se separan apenas cruzan la puerta. Alexander se encierra en un despacho al final del pasillo, Milan se va a la primera habitación que encuentra y lo mismo hace su hermano. A excepción de Lucas quien se queda a bajar el equipaje con otros trabajadores del empresario.

Maya disfruta con su familia por sus vacaciones, le da comida a su pequeño, ríen en el jardín haciendo una ronda para jugar con él y luego invita a sus suegros para darles la noticia de su matrimonio. Se va a casar, un sueño que siempre ha tenido y lo único que le duele por haber aceptado aquella propuesta es tener que dejar de trabajar con los Campbell porque se irá de la ciudad. Hace lo posible por llenar ese vacío que tiene Miles en su corazón, no quiere herirlo más y alguien la saca de sus pensamientos cuando alzan una copa de vino celebrando al futuro matrimonio.

•••

Miles

Hace una hora atrás cuando me senté y esperé a que Lucas encendiera el auto nunca imaginé verlos dándose un abrazo, aquel que yo debería haber tenido. Admito que me dolió, sentí un pinchazo de decepción porque es fácil para él dárselo a Milan, pero a mí, con la persona que convive diariamente ni hace el intento de acercase.

No merezco esto.

Estoy enojado, miro la puerta del cuarto en el que me encuentro y solo puedo pensar en que mi hermano es un imbécil. Detesto todo a mí alrededor. Acaba de volver a nuestras vidas y ya se instala de lo mejor. No soy una persona poco empática, todo lo contrario pero hay algo que no me deja ponerme en el lugar de Milan. Tal vez son celos, ¿Lo querrá más que a mí? ¿Soy tan mal hijo para no merecer cariño?

La cama está estirada y lo primero que hago es sacar todas las frazadas que se encuentran encima para lanzarlas al piso con rabia.

—¡No es justo! —pasé las manos por mi cara teniendo una actitud digna de un crío — ¡Tonta cama, estúpida almohada...!

Mientras quitaba mi enojo en eso, un ruido de la puerta me asustó y respondí a la defensiva.

—¡No estoy!

—Joven, soy Lucas —relajé los hombros y me tomé mi tiempo para ir a ver que quería. Él no tiene la culpa de que su jefe sea un fastidio.

—¿Mhm? —de reojo notó el desastre que tenía a mis espaldas y quise taparlo cerrando un poco la puerta—, no tengo ánimos, quiero estar solo.

Aventuras de un herederoWhere stories live. Discover now