Ella lo conoce desde siempre, todos los veranos hacían castillos de arena en la playa, jugaban en la piscina, iban a la librería, todo los veranos estaban juntos.
El verano pasado Zoe no fue a su playa, el no la vio ese verano, todo habrá cambiando...
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Después de que Oliver se fuera, entre a la casa y encontré a todos en la mesa disfrutando de su cena ninguno notó que había llegado, mi madre volvió a la mesa y yo avance y empecé subir las escaleras, hasta que mi abuela me llamó y le dije que enseguida bajaba.
Llegué hasta mi habitación y el ruido de la brisa agitando las cortinas inundaba la habitación iluminada por la luz de los faroles de la calle, llegué hasta una mesita que estaba situada junto a mi cama y encendí una pequeña lámpara.
Me senté en mi cama agotada, hasta que empecé a sobre pensar todo lo que había hecho ese día, como puede haber saludado como puede haber caminado, todo lo que dije, en general sentí que todo lo había hecho mal y que podría haberlo hecho de otra manera.
Intento no sobre pensar todo, la verdad es que si pero desde siempre he sobre pensado todo , más cuando me mude a Los Ángeles, pero conocí a personas que me ayudaron a no hacerlo.
Que hicieron que me diera cuenta que si era suficiente y que no hacía las cosa mal solo las hacía a mi manera,y que no necesitaba complacer a otras personas para sentirme suficiente.
Pero siempre tengo esos días en los que sobre pienso todo, ya no lo hago muy seguido pero sucede.
Me acuesto y cierro los ojos caigo en un sueño profundo.
Me levanto miro el reloj que está en la mesita a mi lado son las 9 de la mañana, me levanto a comodo la cama y me dirijo a la ducha después de unos minutos.
Salgo con una bata blanca y una toalla en la cabeza del mismo color,me dirijo a mi maleta que ahora se encuentra a lado de la cama, ayer la deje sobre ella y cuando acomode mi cama no la vi , solo se me ocurre alguien que pudo entrar mientras estaba dormida y agarrarla.
Me dirijo a la habitación de mi hermana, ella es menor que yo, nos llevamos dos años, tiene 16,toco la puerta y ella grita desde la otra habitación que pase.
Entró y me encuentro con un reguero de ropa de ella dispersada por el piso
—No lo encuentro —dice mientras sigue sacando ropa de su maleta y tirándola al piso
—que no encuentras—pregunto desde la puerta
—Mis gafas de sol, por cierto entre a tu habitación y me llevas tu maleta para buscar si tenías unos lentes pero vi que no tenías casi nada, así que devolví tu maleta.
—Oh gracias Martina es bueno saberlo—digo volteando los ojos y sonriendo—bueno te dejo con tu desastre de ropa.
—LOS ENCONTRÉ —grita, al tiempo que yo cierro la puerta.
Ella es un desastre al igual que yo, la verdad es que somos muy diferentes, pero nos llevamos bien, claro hay veces en las que peleamos pero nada del otro mundo.
Me pongo una blusa azul sin mangas y un short de jeans con unas sandalias blancas.
Cuando bajó me encuentro a mi abuela en la cocina y a mi abuelo contándole como le fue navegando, mis padres no están pero pienso que fueron a la playa a dar un paseo.
Y hablando de paseos recuerdo la factura, me doy la vuelta y regresó a la habitación.
