Bienvenidos a RAMÉ una nueva historia, donde conoceremos que sucedió con Alan Walker. Esta historia será muy cortita, solo de 5 capítulos.
Déjenme sus votos y comentarios por favor.
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Regresar a Silicia después de algunos meses no estaba en mis planes, se supone que estaría para Pía en el momento en el que me necesite. Pero con la llamada de mi padre para que regrese no podía oponerme.
Guido, el chofer de mi padre me espera en la salida del aeropuerto, el esta con un traje totalmente negro y sus lentes del mismo color.
Asiento con la cabeza a modo de saludo y me monto en la parte trasera de la camioneta. En el camino converso un poco con Guido quien me cuenta que la salud de mi padre cada vez empeora más.
Samuel Walker, es mi padre, quien hace muchos años se divorcio de mi mamá y desde ese momento no se volvió a casar, es un hombre exigente y a veces puede ser muy malo cuando de negocios se trata, pero jamás podría decir que es un mal padre.
— ¿Iremos a la casa de su padre?
—Primero dejare mis cosas en mi departamento. – respondo y él solo asiente a modo de respuesta.
Durante el resto de camino, ambos nos quedamos callados, tomo mi teléfono y como todos los días, reviso las redes sociales de Pía, su Instagram para ser mas preciso. La ultima foto que publicó es un viaje a Las Vegas, muchas de sus fotos son con vestidos elegantes, la publicación cuenta con varias fotos, deslizo y mi día se arruina, en la foto aparece ella con el estúpido doctor.
—Llegamos, señor. —habla el chofer
Volteo mi rostro y es cierto, ya llegamos al edificio. Bajo de la camioneta y Guido hace lo mismo, tomo una de mis maletas y camino con dirección a la entrada, la recepcionista del edificio me saluda con una sonrisa. Paso de largo con Guido pisándome los talones, ambos subimos al ascensor.
Con mis llaves abro la puerta del departamento, él deja la maleta dentro de la casa.
—Señor, aquí están las llaves de la camioneta. Esta listo en el estacionamiento. —avisa —También me encargue de dejar todo en orden en su departamento.
—Gracias
Le indico que iré a casa de mi padre por mi cuenta, él se despide para luego retirarse de mi casa.
Me doy un baño y me cambio de ropa para poder ir a visitar a mi padre. Tomo las llaves que dejo Guido y salgo de casa, camino hasta llegar al elevador.
Minutos después estoy frente a la casa, en donde pase la mayor parte de mi vida. Estaciono mi camioneta y bajo de ella, subo los pequeños escalones y toco el timbre de la puerta. Helga, la ama de llaves, abre la puerta me saluda con un efusivo abrazo y me indica que mi padre está en su habitación.
