AYUDA

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Abro mis ojos lentamente, al parecer aun es de madrugada todavía la calle se ve oscura

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Abro mis ojos lentamente, al parecer aun es de madrugada todavía la calle se ve oscura. Me siento en la cama y lo primero que hago es fijarme a Kali, quien sigue dormidita. No puedo creer todo lo que hemos estado viviendo en menos de dos días, salir huyendo de casa para que no nos maten, fue una buena decisión, no podía permitir que le hicieran daño a Kali. Me duele mucho lo que sucedió con mis padres, pero si no se hubieran endeudado tanto solo por sus vicios, por comprar alcohol y drogas.

No podía ayudarles a pagar la deuda, solo terminé el colegio y no pude estudiar nada mas por falta de dinero, comencé a trabajar desde hace cinco años, para poder comprar alimentos y cosas necesarias en casa, pero cuando nació Kali, tenia que cuidarla y atenderla. Llegaba un par de veces tarde y por eso me despidieron del trabajo. Solo tenia lo poco que había ahorrado y si no lo hubiera escondido, mis padres se lo hubieran gastado en alcohol y drogas.

La noche de ayer, tuve que dejar de lado a mis padres, aunque estoy segura que los mataron, tuve que escapar con Kali. Mi pequeña hermanita. Creo que ella es ese rayito de luz que el destino me envió para alumbrar la oscuridad de mi vida.

Sonrió mirando a Kali, sus mejillas están algo rojitas, es una pequeña princesa. Su poco cabello de color chocolate esta de puntitas. Sus labios hacen un adorable puchero.

Gracias a Dios, mando un ángel para que nos ayudara. Cuando lo vi por primera vez me asusté, tenia temor de que fuera algún hombre que trabaja para Ramón. Alan es muy guapo, tiene unos ojos muy bonitos y no se le ve mala persona, claramente no trabaja para el mafioso. Pero la duda todavía estaba ahí, cuando me llevo al hospital y también atendió a mi hermana demostró que en cierta forma confié en él.

Mañana muy temprano le pediré que me ayude a conseguir un empleo para poder trabajar para juntar dinero y que nada le falte a Kali. También tengo que buscar una guardería para dejar a mi hermanita, es una bebé y me daría pena dejarla solita, pero es necesario sino no me darán ningún trabajo.

Me agacho un poco y dejo un besito en el cachete de Kali, ella se remueve un poco, pero se vuelve a dormir. Con mucho cuidado me acomodo en la cama, muevo un poco la almohada y me vuelvo a quedar dormida.

Al día siguiente, me despierto por el llanto de Kali, esta llorando y agitando sus pequeñas manos, un olor desagradable se desprende de su cuerpo, arrugo la nariz a causa del olor.

Mientras me pongo de pie, la camiseta que me presto Alan se levanta, la acomodo nuevamente y camino hacia el sillón donde están los pañales y pañitos que compramos el día de ayer.

—No llores, cariño. —le digo, pero creo que ella lo interpreta como un "sigue llorando"

—Kali, Kali. —chasqueo mis dedos y eso la entretiene, queda atenta y aprovecho acomodarla en la cama, le quito el pantaloncito blanco, su pañal se encuentra lleno de popó. Cuando le quito el pañal y la limpio con los pañitos, ella aprovecha en llevarse su pie a la boca.

—No. —digo y ella se queda mirándome e igual lo vuelve a hacer.

Le coloco un nuevo pañal, y su pantaloncito también. Cuando esta lista comienza a agitar sus manos junto con sus pies.

—Haces más deporte que yo, Kali.

—Guu. —balbucea casi inaudible.

Arreglo un poco mi cabello, que esta muy desordenado, con la coleta que tengo en mi muñeca me hago un chongo. Tomo a Kali en brazos y salgo de la habitación. Mi ropa aún debe de estar sucia. Camino con ella en brazos hasta llegar a la cocina, de donde proviene el olor a pan tostado. Ingreso a la cocina y veo a Alan preparando el desayuno.

—Buenos días! —saludo y él se sobresalta para luego voltear en mi dirección.

—Hola ¿Cómo amanecieron? —pregunta mirando a Kali.

—Bien, muchas gracias. —respondo con una casi sonrisa.

—Preparé el desayuno. —dice señalando la mesa llena de comida.

— ¿Lo preparaste tú?

—Si.

— ¿Sabes cocinar? —cuestiono.

—Claro que sí.

—Pero eres hombre, papá decía que eso solo es trabajo de las mujeres.

—Pues tu papá estaba equivocado, muy equivocado con ello.

Comenzamos a comer, mientras como le doy el biberón a Kali, quien está muy tranquila, mirándome con esos ojos castaños. Me siento una tonta por haber comentado lo de la comida, no es malo que el sepa cocinar, claro que no. Pero mi padre siempre nos decía a mi madre y a mí que solo estábamos para hacer las cosas de casa, como cocinar, planchar lavar y atenderlo.

Cuando terminamos de desayunar, Alan toma a Kali y se la coloca en el pecho para que ella puede botar el chanchito. Se ve muy tierno así, volteo la mirada y me pongo de pie para lavar los servicios utilizados.

—No es necesario, lo hare luego.

—No hay problema. — digo y el asiente.

Durante el día, Alan y nosotras salimos de casa con dirección al centro comercial, compro ropa para nosotros, no quería aceptarlo, pero el insistía al final le dije que cuando tenga el dinero se lo devolvería, seria como un préstamo.

Por la tarde Alan salió por varias horas y por la noche regreso con comida italiana para cenar y un par de juguetes de bebé para Kali, durante la tarde aproveche en bañarme y bañar a Kali, quien ya se sentía algo incomoda de estar con la misma ropa.

Terminamos de cenar, Kali se quedó dormida después de terminar de comer. Estamos viendo la televisión juntos.

—Grettel. –me llama

—Dime

—Estuve conversando con una amiga para que puedas trabajar con ella.

—¿En serio? —digo emocionada.

—Si, Shantal te ayudara con el trabajo. Es dueña de una tienda de ropas, muy conocida en Silicia.

—Gracias.

—Además, comenzaras a estudiar.

—No puedo hacerlo, tengo que cuidar a Kali.

—Por ella no te preocupes. —lo miro de manera interrogante.

—Mi nana la cuidara, para que tu puedas seguir con el trabajo y el estudio.

— ¿Tu nana? Pero...

—Seguirás viviendo aquí, usualmente yo paro viajando y no estoy en casa.

—Gracias por ayudarme.

—No tienes nada que agradecer.

—Claro que tengo que agradecerte, muchas cosas. Hoy en día las personas no te ayudan así por así.

—No me cuesta nada ayudarte, además que te veo como una hermana menor y a Kali, que es tan frágil.

¿Hermana menor?

—Vale, muchas gracias. — respondo

Después de ello seguimos viendo la televisión. De pronto se pone de pie cuando su teléfono suena.

—Hola James. — dice Alan y se aleja hasta perderse por el pasillo.

Suelto un suspiro muy profundo y trato de concentrarme en la televisión, minutos después el no regresa, bajo el volumen de la televisión y me voy a la habitación para poder descansar.

Mañana será un largo día.

RAMÉ +18Where stories live. Discover now