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Domingo,6:00a.m
Dejó un suave beso en la frente de su pareja antes de comenzar a acariciar su mejilla y comenzar a susurrar su nombre.
-_____________~,vamos,despierta-comenzó a dejar más pequeños besos sobre todo su rostro hasta que el peli-_______ abrió los ojos aún medio dormido-Vamos,hoy tenemos día libre y quiero llevarte a un lugar.-
-5 minutos más...-murmuró para envolverse con las sábanas.-
-hm..como veo que no quieres ir,creo iré solo-sabía que no fallaría,así que solo se reincorporó con total calma.-
-¡Estoy despierto!-al sentarse de golpe,reveló sus cabellos desordenados al igual que sus pequeñas ojeras bajo sus ojos.-
-Kyōjurō rió y solo terminó de cambiarse-Cámbiate,está algo lejos donde vamos ir,así que prepárate.-
El rubio de mechas rojas abandonó la habitación,dejando a su novio solo.
Suspiró aún con cansancio y sueño pero aún así comenzó a vestirse con su uniforme de cazador al igual que el Rengoku,solo por si un demonio llegara a cruzárseles; al terminar salió encontrándosr al anteriormente mencionado preparando lo que parecía ser un bento.
-¿Y...me dirás a donde iremos?-preguntó con total curiosidad.-
-¡Lamento decirte que es una sorpresa,así que tendrás que esperar!-hizo un puchero bastante decepcionado y solo abrazó al más alto por la espalda.-
-¿Es muy lejos?-
-Hmm...sí.-
Fué a preparar una pequeña mochila que llevaría,empacó un otros uniformes de ambos,agua entre otras cosas que podrían ser necesarias. Amarró su nichirin a su cinto y arregló el nido de pájaros que tenía en su cabello,salió de nuevo para encontrarse a Kyōjurō en la entrada ya preparado y con otra mochila,donde seguramente estaba la comida.
-Vamos,el tren no espera.-
•••
Al aburrirse de ver la ventana,miró al otro Pilar de nuevo. Llevaban alrededor de más de dos horas viajando en el tren y aún no llegaban a su destino,eran las 3:00p.m así que hace algunos minutos habían terminado de comer.
-¿Ya vamos a llegar?-preguntó de nuevo.-
-¡Ya no estamos muy lejos,no te desesperes!-suspiró de nuevo rendido y solo recostó su cabeza de nuevo en el hombro del rubio.-
Y cerró los ojos,cayendo dormido de nuevo.
•••
Después de algunas horas llegaron a otra estación,bajaron y comenzaron a caminar por otro buen rato hasta que el olor a sal y una sensación cálida comenzaron a hacerse presentes.
-¿Kyōjurō,dónde...estamos?-vió a su alrededor con confusión.-
-Dijiste que uno de tus deseos era ver el mar,¿no?-respondió con obviedad si dejar de caminar.-
Aquello le sorprendió,miró a sus pies donde la cálida arena estaba bajo ellos al igual que varias caracolas.
-¿El...mar?-
Quién diría que estaba a horas de unir su vida con la de Kyōjurō.
