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Miró a su pareja entrenar junto a su hermano menor, Kyōjurō explicaba con detalle y corregía los movimientos de Senjurō.
Hoy se encontraban de visita en la residencia de los Rengoku, sus heridas no sanaban del todo así que aún no volvía al trabajo y seguía siendo cuidado por su prometido.
Bajó su mirada al anillo en su mano izquierda, sonriendo dulcemente y después de unos minutos sintió la presencia de los dos rubios sentarse a su lado.
-Descansen un minuto, entrenaron durante casi toda la mañana-
Ambos hermanos no contestaron por estar retomando el aire, en especial el menor que estaba con sudor bajando por su frente y jadeando.
-Senjurō, toma-le extendió un recipiente con agua fresca, el cual fué tomado y el chico la bebió con desespero.-
-G-gracias ____________-san..-
-¡Eso sería todo por hoy, mañana seguiremos!-el pequeño oji-bicolor suspiró aliviado y sonrió.-
-¡Perfecto! Iré a preparar la cena-el chico con cuidado se levantó para adentrarse en la residencia, siendo seguido por los otros dos-Vayan a darse una ducha, los esperaré en el comedor.-
Decidió preparar algo de batata asada, al tratarse de la comida favorita de Kyōjurō sabía que era imposible que no se alegrara.
Mientras se encontraba sumido en sus pensamientos la voz de un hombre mayor le sacó un brinco, por el descuido cortó sin querer parte de su dedo, la pequeña cortada comenzó a sangrar.
-¿Qué haces?-
-O-oh..señor Shinjurō, preparo la cena, ¿le molestaría acompañarnos?-a pesar de haber convivido un poco con él en el paso de los años, aún le intimidaba el aura que emitía el hombre, sin contar que el olor a alcohol que siempre desprendía le mareaba.-
-..No, no me molesten.-
Entendió completamente el pedido del hombre y dejó de prestarle atención para limpiar su pequeña herida. Al cabo de minutos estaba sentado en el comedor junto a los Rengoku, disfrutando de la cena algo improvisada que cocinó, aunque su pareja sacó a flote el tema de comprometerse.
-Senjurō, ¿Qué opinarías de que __________ forme parte de nuestra familia?-
-el menor parecía no entender a que se refería hasta que vio de reojo el anillo que portaban ambos, anillo el cual nunca antes les había visto. Su expresión cambió a una bastante sorprendida y dejó la cuchara en el plato-¡¿Ya le pediste matrimonio?!-exclamo bastante sorprendido, luego de unos segundos pareció percatarse de su repentino elevó de voz-L-lo siento..me emocioné-sonrió algo avergonzado.-
-No te preocupes, pero aún así, ¿te gusta la idea?-
-Pues...sí, me gusta bastante. Realmente espero que sean felices-sonrieron algo aliviados, aunque de inmediato cambiaron sus muecas a unas algo preocupadas.-
Aún faltaba la aprobación y bendición del suegro.
Terminaron su cena aún con aquellas sonrisas en sus rostros, luego de ello, la pareja se dirigió a la habitación del progenitor de Kyōjurō, ambos nerviosos aunque no lo demostraran entraron (no sin antes tocar la puerta), tomando asiento detrás de Shinjurō que les daba la espalda.
-Padre, tenemos algo que decirte...-
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¡Mochis, me disculpo!
Probablemente esta semana no publique por problemas en mi internet, si es que llegará a publicar será porque ya todo se resolvió.
A propósito, tendré horarios: de Lunes a Viernes habrá actualizaciones en todas mis historias que están en emisión, Sábado y Domingo los tomaré como descanso!
