«⟨𝟬𝟳⟩»

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Lo esencial para sobrevivir en la naturaleza salvaje radica en la capacidad de asegurar recursos vitales: agua, alimentos, la destreza para encender fuego y, por supuesto, la habilidad para orientarse en el entorno.

Jackson, antes de que este cataclismo sucediera, desempeñaba el papel de padre y esposo, sumergido en las rutinas cotidianas. Sin embargo, ahora se ve compelido a identificar qué plantas son letales y cuáles son benéficas para la supervivencia. Ha adquirido conocimientos sobre cómo obtener agua según el contexto del entorno natural y ha perfeccionado métodos para conseguir alimentos en circunstancias adversas.

A pesar de haber adquirido habilidades valiosas que posiblemente no habría explorado en un contexto no apocalíptico, la inquietud persiste en Jackson. Sus pensamientos siguen enfocados en su familia, con el sombrío reconocimiento de que la reunión con ellos es incierta.

La ausencia de su esposa se hace sentir de manera intensa. Los recuerdos de despertar a su lado, salir a pasear, compartir conversaciones sobre trabajo y disfrutar de comidas en conjunto se vuelven lacerantes. Además, está Jade, su pequeña hija.

Al evocar la imagen de su hija, Jackson suelta un suspiro profundo. No puede dejar de lamentar el error que desencadenó la separación con su familia. Aunque ha aprendido valiosas lecciones sobre la supervivencia, la carga emocional persiste y se mezcla con la determinación de reunir a su familia en este nuevo mundo desolado.

"La rápida propagación en las densamente pobladas áreas del oeste de Estados Unidos ha llevado a una situación completamente incontrolable. Según la información proporcionada por el gobierno, los infectados se vuelven violentos de manera repentina, manifestando síntomas alarmantes como dolor de cabeza, enrojecimiento de ojos, dificultad en el habla y comportamientos caníbales. Además, el deterioro físico de los infectados se hace evidente a medida que sus cuerpos comienzan a descomponerse. Sin duda, nos enfrentamos a una amenaza que desafía toda lógica y comprensión..."

La radio zumbaba con urgencia, incitando a todos a abandonar sus hogares sin demora. En las calles, un caos de tráfico se desataba, con numerosos conductores abandonando sus vehículos varados para emprender la huída a pie. El miedo generalizado impulsaba a las personas a cualquier medida necesaria para evitar ser infectados por lo que parecía ser una amenaza inminente.

El sonido ensordecedor de bocinas y la cacofonía de pasos apresurados llenaban el aire, creando un escenario caótico que contrastaba con la rutina cotidiana que solía reinar en esas mismas calles. La población, impulsada por el instinto de supervivencia, se sumergía en una huida frenética, cada uno luchando por su vida en medio del desconcierto general.

Entre la multitud ansiosa, se podían ver expresiones de temor y determinación en los rostros de quienes buscaban refugio y seguridad. ¿A dónde irían? ¿Cómo podrían protegerse de lo desconocido que amenazaba con acechar en cada esquina? La ciudad se sumía en un estado de emergencia, y la incertidumbre se apoderaba de la población mientras intentaba escapar del peligro que se avecinaba.

"La cruel realidad es que el contagio se propaga de manera implacable a través de la sangre. Cualquier mordida de un individuo infectado es un punto de no retorno, un sombrío paso hacia la transformación irreversible. En ese instante, las puertas se cierran, sellando un destino marcado por la oscuridad y la voracidad insaciable. El simple acto de ser mordido se convierte en la sentencia de una metamorfosis indeseada, donde la lucha por la supervivencia da paso a una danza macabra con la infección. Así, cada mordida se convierte en una puerta hacia la inescapable espiral de la desesperación y el caos, donde la única certeza es que, una vez mordido, ya no hay camino de regreso."

How to survive a Zombie Apocalypse ©Where stories live. Discover now