Te Haré Felíz -XiCheng-

4.

Lotus Pier.

Campos de entrenamiento - 5:42am.

Bajos jadeos escapaban de sus labios mientras cada músculo de sus brazos, espalda y abdomen se contraían, el sudor resbalaba desde su frente hasta su cuello, perdiéndose entre su pecho y el cinturón alrededor de su cadera.

-... ¡Cien! .. -gimio con esfuerzo Jiang Cheng, soltandose de las varas de bambú que sostenían el podio de su madre-

El lugar preferido de la Alpha para gritarle a los discípulos y el mismo.

Habían pasado dos semanas desde aquella avalancha de verdades y sentimientos reprimidos que salieron a la luz por parte de los señores del hogar, y aunque la situación en cuanto a la secta no había cambiando mucho, su relación marital y familiar si que lo había hecho.

Madame Yu, siempre fría y muchas veces distante, había apaciguado un poco su carácter y cada vez que Jiang FengMian hablaba esta lo miraba por largos instantes así este hablará del clima o una hoja seca en el jardín, lo cual era espeluznante si le preguntaban a más de un transeúnte.

El trío de hermanos incluso pudo ver en una ocasión como la siempre malhumorada mujer se acercaba al Omega con una mirada sería mientras le regalaba una rosa y se iba como si ahí no hubiera pasado nada.

Era una situación extraña pero adorable.

-¿Joven maestro Jiang? -llamó de pronto con dudas uno de los discípulos-

Jiang Cheng detuvo sus flexiones de pecho y se puso de pie, secándose el sudor de la frente con una toalla, pregunto.

-¿Si? ¿Que sucede? -

-Uhm -el joven dudó aún más y miro hacia atrás-

Fue en ese momento que las orbes amatistas del pelinegro miraron hacia atrás.

El campo de entrenamiento, muchas veces vacío dada la hora, estaba ya llenó de discípulos, pero, extrañamente, no se veía por ningún lado a Madame Yu.

-¿Que sucede? -volvió a preguntar Jiang Cheng, esta vez con algo de seriedad y preocupación en su voz-

El había sido muy cuidadoso con su tiempo de entrenamiento, no quería llamar la atención de su madre, ni mucho menos que lo regañara por perturbar las horas reglamentarias de entrenamiento para los discípulos, lo que menos quería era que en un arrebató la mujer la impidiera fortalecer de más.

El tiempo corría y él no podía detenerse para minimidades como el descanso.

-L-Lamento molestarlo J-Joven maestro, e-es solo que pronto serán las 7:00 -respondió rápidamente-

Jiang Cheng suspiro con cierto fastidio, por estar metido en sus pensamientos por poco olvida el desayuno familiar.

-Gracias -dijo simple, dándose la vuelta y encaminadose hacia su habitación-

Tras él, un suave murmullo comenzó a llenar al grupo, cuchicheando y susurrando sobre el asombroso cambió de actitud del joven maestro.

Jiang Cheng sin darse cuenta era cada vez más tolerante y menos 'arrogante', alegrando internamente a sus compañeros de secta.

....

Cuando la última hebra de cabello fue secada, Jiang Cheng comenzó a desenredar su larga cabellera, procediendo a realizar su acostumbrado peinado alto.

-¡CHENGCHENG! -grito Wei WuXian, abriendo la puerta de un manotazo-

Una vena se pronunció sobre la frente del Jiang menor.