T R E S

85 13 30
                                    

Como siempre, el salvajismo dominaba en la habitación.

La tenue iluminación de las velas le daba un toque intimo a la habitación, las manos de SeokJin se ceñían a sus caderas como si buscara perforarlas, varias manchas violetas empezaban a apreciarse en su pálida tez, haciéndole compañía a las otras cicatrices y moretones que adornaban todo su cuerpo.

Sus manos rasguñaban la espalda contraria, tenía las piernas enroscadas en la cintura de SeokJin y los labios del mismo maltratando su boca. La batalla entre lenguas remplazo los mordiscos que se repartían en busca de hacerse daño.

Apretaba la anatomía contraria contra la suya propia, disfrutaba de su calor y de los roces claramente intencionales que esta provocaba. Las bocanas desesperadas por algo de oxígeno para sus pulmones dieron fin a la batalla que llevaban a cabo ambos. Ladeo el cuello cuando SeokJin empezó a bajar sus mordidas a este, dándole por fin piedad a los maltratados labios.

Mordía, succionaba, lamia y volvía a repetir. Solo era capaz de jadear y frotarse con más ímpetu contra el otro, rozando ambos sexos de forma ruda y descarada. Si, probablemente era la perra que SeokJin le decía, pero no podía importarle menos en ese momento.

Los colmillos de SeokJin se clavaron en su piel definitivamente, perforando alguna de sus venas para extraer ese líquido carmesí que tan locos volvía a ambos. Un agudo grito salió de su garganta ante ese acto, sus uñas se clavaron en la espalda que con tanto ímpetu rasgaba y el placer inundo su cuerpo.

Un acto tan íntimo que solo demostraba lo fuerte que era su relación, bebiendo de la sangre del otro sin problema, ignorando todo efecto secundario que esta provocara.

Todos conocían lo toxica y mortal que podía llegar a ser la sangre vampírica si se la consumía a largo plazo, mismo por lo que pocas parejas se atrevían a cometer tal acto, esas que no tenían problema en morir por estar un poco más conectado a su amor.

Dejo de sentir esos dientes incrustados en su piel y abrió los ojos, sus miradas rebosantes de éxtasis se encontraron. Ambos con la boca abierta, solo que la de SeokJin chorreaba algo de su sangre, cosa que, nuevamente, no parecía importarle en absoluto. Sus miradas se desconectaron y la lengua contraria se dedicó a lamer la herida, borrando cualquier rastro que pudiera quedar.

Quería darle placer al contrario como este se lo estaba dando a él por lo que sus manos abandonaron la magullada espalda y bajaron acariciando todo su cuerpo, deteniéndose en su pene y masturbándolo. Vio en sus ojos el disfrute antes de que los cerrara y bajara la cabeza, dejando solo escuchar los gemidos bajos que cada tanto soltaba. Volvió a alzar la cabeza con una sonrisa de lado que reinaba acompañada por esos ojos picaros que tanto lo ponían.

Oh no, esa cara nunca significaba algo bueno.

Sus manos fueron alzadas y atadas contra la cabecera de la cama, antes de poder reaccionar la palma del otro dio contra uno de sus muslos, arqueo su espalda y gimió para luego sacar su lengua y mostrársela al contrario, encantado con esa acción.

La duda en su rostro fue evidente cuando este se inclinó a sacar un trapo doblado o algo así. El sexo con SeokJin siempre era interesante, pero nunca se esperó que de aquel pañuelo sacara un rosario, el cual se quedó observando embobado.

La cruz con el cristo crucificado reflejaba el brillo de las velas. SeokJin dirigió su vista a él nuevamente y la sonrisa cínica adorno su rostro a comparación de la mueca de confusión que poseía él en ese momento.

Dio una vuelta al collar para enrollarlo un poco más en su mano, apoyo la cruz contra el abdomen contrario y ahí Yoongi finalmente entendió todo.

El contacto de la plata fría de la cruz contra su cuerpo le hizo contraer el estómago y empuñar los ojos, dejando escapar un gemido de dolor ante eso. Su piel comenzó a quemarse ante el contacto con el objeto, un leve humo blanquecino comenzó a salir de la quemadura y las lágrimas inundaron sus ojos mientras que su labio inferior temblaba entre sus labios.

SeokJin finalmente retiro el objeto, apreciando como había quedado perfectamente tatuada la cruz en su cuerpo. Por su parte un gemido largo de alivio fue lo único que logro emitir aparte de exhalar todo el aire que inconscientemente había retenido, las lágrimas resbalaron por sus mejillas y su labio se curvo en una sonrisa mientras mantenía contacto visual con SeokJin.

La mano de este descendió de estar posada en su muslo a su culo, toqueteando su ano antes de ingresar uno de sus dedos. Jugaba con su paciencia, divirtiéndose de sus pedidos desesperados por más, no quería sus dedos, quería más.

Harto y necesitado, SeokJin saco sus dedos de su interior, comenzando a masturbarse rápidamente antes de enterrar su miembro de una sola en él, desgarrándole la garganta de un grito que termino en una risa compartida.

— Tan hermoso. — Las manos acariciaban su cuerpo con admiración, mismas que se posaron en su espalda baja aprovechando la curvatura de esta. Lo alzo de ahí y lo empujo contra su cadera, clavándose más profundamente en él. — N-no voy a dejar que nadie más te tenga, cariño, nadie. Eres s-solo mío.

— N-no quiero a nadie ¡Ah! A nadie más. — Interrumpido por una estocada del contrario, alternaba entre gemir y sonreír, alargando de más algunas de sus palabras.

Ambos amantes se adoraron todo lo que quedo de noche, conducidos por el placer de amarse de esa forma. Cada uno se alimentó del otro, haciendo que las mordidas adornaran su cuerpo junto con los restos de sangre seca.

Se amaban con sus corazones satisfechos, dispuestos a alimentarse del otro hasta la muerte.

Lastímame, bébeme, ámame a tu manera, así como solo tú sabes hacerlo. Marca mi cuerpo y mente, demuéstrales a todos quien es mi dueño.

Finalmente, había tomado una decisión.

🌷

— Yoongi, sabes que es la única forma de ser libres por fin, ellos no lo quieren entender, ellos nunca van a entendernos.

— SeokJin no... no podemos hacer eso.

— Por favor, piénsalo al menos, nunca van a cambiar su forma de pensar, es forma tan errada que tienen de ver las cosas.

— Yo... — Suspiro, ¿Qué hacía? Sabía que era la única forma, los demás no estaban dispuestos a dejar esa religión que los cegaba y que cada vez lo hartaba más. Podría llegar a ser una buena idea, el que ellos por fin fuesen libres era muy tentador, aun teniendo en cuenta las consecuencias. —Bien, lo pensare, pero no te prometo nada. — Dictamino mientras lo apuntaba con su dedo índice, recibiendo un beso por parte del contrario. 

🌷

Holis~

Siguiendo con las preguntas raras, ¿Alguien acá se leyó killing stalking?
Acá su bella diva (o sea yo, obvio) es muy fan.

Si, killing stalking es mi manhwa favorito y no, no me cae mal Sangwoo *pose diva*.

Besos virtuales.

Sadistic NightWhere stories live. Discover now