C U A T R O

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¿Qué tan conscientes somos de las locuras que cometemos en nombre del amor?

En ese momento podía jurar no saber en lo que estaba por meterse, pero tampoco se arrepentía.

La noche recién caía, pero él ya estaba despierto desde hace varias horas. Bajo la luz de la luna, apreciaba aquella daga en su mano. ¿Quién sería el primero en obtener la salvación? En todo el tiempo que tenía pensándolo había llegado a esa conclusión, les estaba haciendo un favor a todos esos hombres, los estaba salvando, aunque no fuera la salvación que ellos esperaban.

El que Namjoon lo haya interceptado mientras caminaba lo ayudo bastante con su plan, al menos ya no tendría que buscarlo por toda la mansión.

— Oh, Yoongi.

— Que raro no escucharte saludar con esa bendición de mierda tuya. — Susurro sin importarle realmente si el otro lo escuchaba o no.

— ¿Disculpa? No alcance a oírte. — Para su suerte, no.

— ¿Ah? No, nada. ¿Ya están todos los preparativos listos para la fiesta de hoy? — Ya había pasado una semana desde ese día en la biblioteca y hoy era el gran día.

— ¿Estas emocionado?

— Solo quiero saber. — Su tono todo el tiempo se mantenía relajado, como si no estuvieran hablando sobre que en unas pocas horas se enlazaría a una desconocida.

— Pues, si, ya está todo. — Debía llevarlo a otra parte, pero ¿Cómo? No podía decirle simplemente "Hey Namjoon, acompáñame a, no sé, la cocina" Ok, la cocina no era un buen lugar para hacer eso, ¿quizás la capilla? Nadie iba allí aparte de él, armar una excusa para llevarlo allí no podía ser tan difícil, ¿no? — ...pero bueno, ¿Qué opinas?

— Claro. — Mas rápido de lo que pudo llegar a procesar soltó lo primero que se le vino a la mente, ¿de qué era lo que le estaba hablando antes? Lo único que pudo deducir fue que su respuesta aparentemente no tuvo mucho sentido gracias a la cara de desconcierto por parte del otro. — Eh, Nam, ¿Tienes un segundo? Me gustaría... ya sabes, estoy algo nerviosos por lo de hoy y me gustaría confesarme contigo, de ser posible, claro. — Salto en su lugar cuando un aplauso resonó por todo el lugar.

— Yoongi, no sabes lo feliz que me pone que hayas cambiado de opinión, sabía que lo harías. Vamos ahora mismo, es raro que me pidas estas cosas, nuestro Dios te lo va a recompensar en una hermosa noche hoy.

"Hermosa noche" Si supieras...

Ya allí, ambos postrados de rodillas ante la estatua del Dios al que adoraban, decidió que era momento de hablar.

— Nam, has sido mi amigo, no, mi mejor amigo desde hace tantos años, siempre estuvimos juntos y te quiero amigo. — Suspiro antes de continuar. — Te quería, y como lo hacía intente advertirte... lo intente hermano, pero nuca quisiste escucharme. — Relamió sus labios ante la mirada confusa del otro. — Cuando llegaron esos tipos a proponerte esta mierda te lo dije, te dije que terminarías mal, que no te metieras en esto, pero no me escuchaste. Decidiste seguirlos y nunca me escuchaste, como siempre, nunca me hiciste caso. Te dejaste cegar por ellos y lo repetiste, formaste esta mierda, castigando todo lo que a ellos les parecía incorrecto.

Soltaba todo lo que tenía en mente sin filtrarlo en absoluto. Por última vez, quería ser sincero con su prácticamente hermano.

— Oh Namjoon, hermano mío, ¿De cuantos placeres te privaste por estar aquí? Nunca viviste tu vida, pero yo si lo hice. Me enamore hermano, me enamore de ese hermoso hombre al que recogimos de morir aquella noche, ¿lo recuerdas? Me enamore de otro vampiro como yo, y lo sabes. Sabes esa parte de la historia y sabes lo que me obligaste a hacer, o al menos quisiste obligarme, porque lo que no sabes de eso es que yo nunca lo deje realmente, nunca me separe de él. — La cara del hombre mientras le contaba todo ello era como para hacer un cuadro. — Creíste que lo había superado, ¿verdad? Me metiste en esta religión buscando que superara mi amor por otro como yo, que me separara de él, pero nunca lo hice, nunca lo lograste.

"Nadie nunca debe de enterarse de esto" En ese momento no le importaba estar rompiendo la regla principal de su relación con SeokJin.

— Nunca me separe de SeokJin, hermano, tu religión de mierda solo nos dio un buen techo para dormir, nunca nos "curo" como tú decías.

No cuidaba sus palabras, solo las dejaba salir, desahogándose como nuca había podido hacerlo antes. Le importaba una mierda si lo ofendía.

— Ambos nos besamos a escondidas de todos ustedes, ambos bebemos de la sangre del otro, mira. — Bajo el cuello de su túnica y camisa, dejando a la vista las muchas cicatrices de mordidas que su piel poseía. — ¿Qué va a hacer tu religión ante esto? ¿eh?

— T-tu, ustedes... no, no puedo permitir que se queden en mi casa.

— Pero si siempre hemos estado juntos en "tu casa" — Su tono rebozaba de ironía. — ¿Crees que prohibiéndolo conseguirás algo?

— ¡Lo que ustedes hacen es enfermo!

— ¡Amar a alguien no es enfermo! — Finalmente exploto. Ambos estaban de pie, desafiándose con la mirada, dos miradas muy distintas, apreciándose claramente el asco en una y la rabia que empezaba a cegar la otra. — ¿Sabes lo que es enfermo? Tu religión, esta religión. — Apunto con su dedo todo el lugar. — Es lo único enfermizo en este lugar.

— ¡No tienes idea de lo que estás hablando! — La mano del hombre golpeo con fuerza el altar.

— ¿No? ¿Estás seguro que no? Tan solo mira cómo te pones, no sabes que hacer ¿Cierto? — Consiguió que el contrario desviase su mirada, mas no la respuesta que estaba buscando, por lo que insistió. — ¿Vas a matarme Namjoon? ¿Vas a matarnos a SeokJin y a mí como lo dice tu religión? ¿Serias capaz de matar a tu propio hermano por una mentira?

— No estas dejándome otra opción...

— Serias capaz... — No era una pregunta, era una afirmación, esa afirmación que el otro no se atrevía a darle. — Hazlo. — Fuerte y claro, logro que el líder volviera a verlo. Abrió sus brazos en una invitación. — Vamos, clava una daga en mi pecho, mátame por amar a otro hombre, mátame en nombre de una ilusión.

Pero el hombre no se movió, por lo que se acercó a abrazarlo.

— Te quiero Namie. Te quiero, y aunque no tengas el valor de matarme sé que te lo estas cuestionando. — La respiración contra su oído se paralizo al mismo tiempo que clavaba su daga en la espalda contraria, justo a la altura del corazón. — Pero no puedo permitirme que me hagas daño, que nos hagas daño, ni a mí, ni a SeokJin, ni a ti mismo. Te quiero y por eso es que no puedo permitir que te sigas haciendo este daño, no puedo permitir que sigas con esta vida amigo, así que créeme, te estoy haciendo un favor.

Las manos del hombre se aferraron a sus hombros mientras trastabillaba en el lugar, perdiendo el equilibrio. Si el simple contacto con la plata les era toxico, el ser apuñalado con esta acaba con la vida de un vampiro en segundos.

Empujo el cuerpo agonizante de su amigo al suelo, viendo el miedo en sus ojos antes de que exhalara por última vez. La piel alrededor del objeto punzante comenzó a consumirse, simplemente volteo el cuerpo y retiro la daga para volver a clavarla varias veces, asegurándose de que en verdad estaba muerto.

Cuando dio por finalizada su tarea, limpio el cuchillo con uno de los tantos paños sagrados que tenía el altar y se dispuso a salir.

— Lo siento amigo, espero que puedas encontrarte con tu Dios, a fin de cuentas, eso querías ¿No?

"No permitamos que nada ni nadie arruine lo nuestro." Le había dado su palabra y no se permitiría fallarle. 

🌷

Hello my friends~

Ah, pegaba inglés viste

Pregunta rara pt3: ¿Les gustaría un extra de Wishlist?

Esto ya lo pregunté y fui brutalmente ignorada por casi todos, así que lo pregunto acá porque me quedé enojada.

Si, bien resentida soy.

Besos virtuales.

Sadistic NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora