Tiny Omega [l.s]

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Esta vez es Louis quien va a abrir, porque Harry está ocupado con el pequeño. Cuando lo hace, se encuentra con los mismos policías que habían estado el día anterior con ellos. 

"Buenos días señores Styles, venimos a preguntarle a Adam, que se quedó dormido ayer antes de que pudiéramos hacer las preguntas correspondientes" Louis se siente reacio a que dos alfas interroguen a su cachorro, al menos sin supervisión. 

"No lo harán si yo o mi alfa no estamos presentes. Lo advierto de inmediato" Los dos alfas estaban por ejercer la voz sobre el omega, pero Harry apareció detrás con el cachorro. 

"Si lo hacen, están perdidos. Mi omega no se toca, ni se le obliga a hacer cosas que no quiere hacer. ¿Comprendido?" Harry era un alfa muy poderoso. Los policías tenían claro que no ganarían ni legalmente ni a nivel de fuerza por sobre el ojiverde, así que se resignaron. 

"No podemos hacerlo. El protocolo dice que-" Alex lo interrumpió.

"Tu protocolo se puede ir desde ya al carajo, porque si no somos nosotros será una tropa de abogados y nosotros mismos apoyando al cachorro. ¿Te quedó claro o te lo explico con figuritas?" Frank estaba detrás de Alex, para poder ejercer la fuerza bruta que su omega no tendría en caso de que esos alfas tuvieran la audacia de acercarse a su omega de forma agresiva. 

"Tenemos órdenes para esto" Dijo uno de los policías. 

"Entonces tendrás que esperar para entrar porque nuestros abogados están en camino. No te meterás ni con mi cachorro, ni mi nieto, ni mi yerno. Sobre mi cadáver" Alex se acercó a la puerta y dio un portazo, cerrándosela en la cara a los alfas. 

"Ese es mi chico" Frank se acerca y le da un beso en la frente. Mientras tanto, Alex se acurruca en su pecho y se dedica a mandar por el grupo que tienen con ellos que deben presentarse en el edificio inmediatamente. 

Harry ahora tenía a Louis abrazado, y por supuesto, a su cachorro comiendo sus galletas en el otro brazo. Ellos no los separarían tan rápido, mucho menos tan fácil. 

Cuando fue la llegada de los abogados, también lo fue la de la prensa. Fue todo un escándalo; llegaron refuerzos policiacos, los abogados, la prensa, y todo el que pudiera entrometerse para chupar cámara. 

"Señores Tomlinson, señores Styles" Los abogados pasaron. Por supuesto, los policías reconocían el poder político y económico de la familia, así que no intentaron entrar. Mucho menos con representantes legales tan potentes como los que estaban traspasando esa puerta. Podían dar vuelta cualquier juicio, sin excepciones. 

La policía sabía que no tenía oportunidad de hacer algo como lo que planeaban sin salir con la cola entre las patas. 

Mientras tanto, los abogados se acomodaron en la sala, cuidando siempre de mantenerse lejos de los alfas con sus omegas y el pequeño niño. 

"Buenas tardes, yo soy Bella Hadid y voy a explicarles la mejor posibilidad que tenemos" Era una omega quien hablaba. Entre el nombre, que sonaba extremadamente conocido por Gigi y que fuera una omega en un mundo tan machista entonces hacía que ella llamara de sobra la atención. 

Básicamente, como el cachorro era muy pequeño y la denuncia en contra de sus familiares estaba activa, junto con una investigación abierta de adopción involuntaria por parte de sus lobos, era imposible que un juez les hubiese dado esa orden. Por eso comenzarían una investigación privada en la que se buscaría al responsable. Por otro lado, conversarían con el juez que dio la orden y entonces se librarían de ella, pero solo tres de los abogados irían a eso. El resto se quedarían para retener con argumentos legales a la policía. 

"Yo me quedaré aquí con ustedes" Dijo Bella. 

Los dos alfas, Louis, Adam y los cuatro abogados que se quedarían se mantuvieron en sus lugares. Mientras, Alex se dedicó a servir la comida que encontraba, porque sabía que tendrían para rato encerrados allí dentro. 

Por supuesto, los teléfonos de todos menos de Louis estaban por estallar ahí dentro; la prensa estaba intentando conseguir una buena fuente que les diera todo lo que querían. Sin embargo nadie de allí dentro contestaría para dar paso a más problemas de la prensa amarillista. 

Rumores, odio... Ni el alfa rizado ni el omega castaño querían que su pequeño bebé creciera en un ambiente tan tóxico como la prensa. Lamentablemente, que el escándalo fuera en su edificio significaba que ambos debían mudarse. Podían volver ocasionalmente, pero mantenerse viviendo ahí significaba condenar a su hijo a ser perseguido por los medios de comunicación de forma constante e incansable, aunque fuera menor de edad. Además, vendrían los cuestionamientos: ¿Estaban enlazados?¿El cachorro era de Harry?¿Era Louis un aprovechado?

Ninguno quería exponer a su hijo a crecer en ese ambiente. Sin embargo, el más reacio a que su hijo se expusiera era el ojiverde, porque esa exposición la había vivido él mismo desde pequeño.

Todos conocen, todos opinan, todos te miran y por nada del mundo te quitan los ojos de encima. Debes estar a las expectativas de tus padres, y si eres menos o cometes errores, entonces eres juzgado y mal visto por la sociedad con una cruz eterna sobre tu cabeza. 

Nadie quiere eso. Vivir bajo aquella presión. 

Adam mientras tanto se aferraba a los brazos de su padre y a sus galletas (de las que ya no quedaba casi nada, entre el niño distraído y esos pequeños mordiscos que se daban cuando se acordaba de que las tenía en la mano), mientras que Louis se levantó para terminar de hacer el desayuno de su cachorro. Quedaba poco para que el omega terminara el desayuno; el kiwi ya estaba pelado y había hecho la mitad del jugo de naranja. 

Terminó media hora más tarde y llevó la comida y el jugo en platos y vasos de plástico para evitar que el pequeño se lastime si es que algo se rompe. Prefiere ser precavido con su pequeño cachorro, que obviamente es descuidado. 

No se ensució nada gracias al alfa ojiverde, que sostenía las cosas cuando el niño se distraía y dejaba de sostener con la suficiente fuerza el plato y el vaso. Una vez terminó de comer, el omega llevó las cosas y las lavó. 

Los abogados mandaron un mensaje quince minutos después. Del juez, lograron anular la orden, pero por el lado de la prensa, según lo que decían...No era nada bueno.