Capítulo 4. "El principio del cambio"

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Ariel la tomó entre sus brazos y la llevó hasta aquella cama donde hace muchos años aún dormían juntos.

Aún desnudos, aún mojados, aún con los ojos rojos de llorar, se entregaron a ellos mismos, su corazón cantaba una canción de amor.

Ariel no podría creer que hoy tuviera a su Maquia abajo de él. La observo con parsimonia detallando con sus ojos esmeralda cada cosa desconocida del cuerpo de ella, guardándose para él cada detalle.

Como el pelo rojizo de ella estaba sobre aquella almohada esparcido, como sus brazos aún húmedos estaban extendidos a los costados de la cama, como su pecho desnudo subía y bajaba rápido por el pudor de verse entre ellos de esa forma, expectantes y ansiosos por unirse.

Ariel vio la clavículas de su bella Maquia, sus dulces y respringados pezones rosados estaban erectos, -ella también esta exitada- pensó él, se sintió agradecido y tranquilo.
Jamás, pero jamás la forzaria a esto. Sería un pecado.

Su estrecha pero linda cintura, su ombligo, si lo había visto, no lo recordaba, extendió su mano hacia él y lo acaricio. Maquia cerró los ojos, por el toque dulce de Ariel a ella, gimió muy despacio, creyó que él le tocaría otra cosa, y si lo hacía no habría problema, solo sería un poco vergonzoso pero lo dejaría por el hecho de ser él.

Ariel empezó a hacer descender su mano hacia la pubis de la mujer con cuerpo de chica de 17 años, pero solo el sabía la edad que tenía hasta hora, pero en ese momento él la venía inocente, pura, consciente de que sólo él tenía el privilegio de tocarla, y en pocos minutos la haría suya.

Ariel se detuvo....no quiso avanzar más, es por eso que llevo sus manos a los brazos de ella, para sujetarse entre ambos las manos, para hacerle saber a ella que esto que pasaría no solo sería un acto carnal, sino emocional, sus sentimientos puros quería demostrárselo mientras la penetraba.

Entonces la besó. La besó para volver a preparar el ambiente y ella también respondiera a su instinto, Ariel aunque quería compartir su primera vez con ella, no pudo. Ariel ya había estado con alguien antes, trato de calmar su mente diciéndose que en aquel momento solo pensaba en su Maquia, que lastimosamente aquello había sido un error.

Ariel besó su cuello, bajo a sus pechos, besó, amaso muestras sus brazos acariban las piernas de Maquia, aquella piel tan tersa lo volvía loco.
Maquia por otra parte estaba dejándose llevar, cada sensación era nueva, su vagina escurría de tantas cosas que experimentaba, su mente daba vueltas por sentir ahora los labios de Ariel en su pecho. Gemia y cada vez un poco más fuerte, ¿Porque se sentía tan bien eso? No lo sabía, pero no iba a echarse para atrás, no ahora.

Ariel empezó a frotar su miembro en la muy mojada y húmeda intimidad de Maquia, sacándole suspiros y gemidos. Ariel empezó empezó moverse aún sin penetrar a Maquia para guiarla, hacerle saber como serían las cosas.

Se levantó un poco, la miró a los ojos para avisarle que pasaría, se movió una vez más, y lo metió. Suave, poco a poco porque sabía que a ella le dolería, y de repente se clavo en ella de golpe, -así le ahorro un poco más el dolor- pensó él.
Lastima que Maquia no sabía nada, pegó un grito de dolor sacándole no una lágrima, literalmente lloró y se quejo, Ariel se inclinó a ella preocupado.
-Perdóname, perdóname. - le dijo acostándose sobre ella, con lágrimas también en los ojos, llevó sus manos a la cabeza de ella y besarla.
-Creí que si lo hacía de una vez, dolería manos.
Perdóname, en verdad perdóname.

Ariel seguía dentro de ella, miestras la besaba nuevamente para tranquilizarla, sintió como ella se movió. Abrió los ojos para verla, ella le asintió y se movió , se empezó a mover poco a poco, pero se movia. Eso, para él significaba una cosa.
Y así lo hizo....

Hoy, hoy todo cambiaría. El primer paso para que todo cambiará en su forma de vivir empezaba ahí, en esa cama.

Los dulces y extraños sueños de Maquia (PAUSADA)Where stories live. Discover now