Aullando a la luna

Don't leave me this way

Notas: Ningún personaje me pertenece.

Advertencia: AU.

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Había sentido una suave y cálida energía vibrando alrededor de su cuerpo cada vez que sentía que sus pensamientos se iban a la deriva, el dulce aroma a castañas y manzanas acarameladas lo rodeaban cada vez con más fuerza, envolviendo y trayéndolo a la superficie, abrazándolo cada vez que intentaba llevar su sistema hacia el colapso, llenando su cuerpo de puro licor barato, pero las noches frías se sentían cada vez más desoladas y no parecía que ese sentimiento fuese a desaparecer, no le gustaba cuando su mirada se fijaba en las parejas felices, evitaba a las personas que iban de un lugar a otro, riendo y conversando, mientras intentaba llenarse de ese suave y dulce aroma hasta quedarse dormido.

Aquella mañana había sido una de esas donde despertó con su grito ahogado por el vacío de la habitación, sus garras atravesando el viejo colchón, pero eso había sido lo de menos, aquellas pesadillas que había empezado a tener, donde el fuego consumía todo a su paso, llevándose a Scott de su lado y él otra vez sin poder hacer nada, volvió a llenar su sistema de cerveza, esperando que la horrible imagen de sus pesadillas desapareciera.

Dejó el vaso de cerveza después de dar el último trago, su garganta se sentía seca y sus músculos se encontraban entumecidos, intentó tranquilizarse y envolverse en el sentimiento apaciguador que le daba el menor, pero la ira iba fue desbordándose poco a poco, soltando un gruñido cuando el horrible aroma a tierra y sangre descompuesta llenó el bar, las voces fueron desapareciendo, casi volviéndose murmullos, apretó la botella vacía contra su mano hasta que las pequeñas astillas se introdujeron en su piel, los golpes detrás de él se escucharon con brutalidad, los gritos recientes fueron apagándose lentamente, pero los duros pasos siguieron hasta detenerse detrás de él.

-Así que, aquí es donde el gran Wolverine se esconde. –Su mirada se perdió en su mano ensangrentada, las esquirlas saliendo de su piel y como esta iba regenerándose, como si nada hubiese estado ahí antes, como si fuese algo normal. Empinó otra botella y bebió hasta el último trago del licor ámbar, sintiendo como el picor exaltaba aún más sus nervios, los pelos de su lobo se encontraban encrespados, podía sentirlo vibrar, rugir, hace mucho tiempo que necesitaba golpear algo y solo esperaba un pequeño estibo para salir e incrustar sus garras.

-No necesito tu compañía.

-No has cambiado en nada, querido hermano. –Víctor se sentó al frente de él, llevando otra botella de cerveza, podía ver sus colmillos asomándose a través de la pequeña sonrisa, sus fosas nasales se abrieron ligeramente, podía oler el bosque y la tierra húmeda saliendo del alfa, pero había cierto olor, uno viejo, tal vez de meses, pero aún estaba ahí, él pudo percibirlo, su lobo aulló de furia y sin darse cuenta empuñó sus manos sobre la mesa, dejó que sus colmillos atravesaran sus encillas, el pelo negro de su lobo empezó a brotar por sus poros, luchando contra sus garras para no matar al alfa ahí mismo. –Tranquilo, puedo decirte quien quiere a tu omega.

Víctor podía ser su hermano, medio hermano, pero no importaba, lo había olido el primer día en el cuerpo de Scott cuando lo rescató, no pudo reconocerlo en el instante por todos los olores de las drogas en su cuerpo y todo lo que había en el laboratorio, más la sangre a su alrededor, en ese momento solo pensó en sacarlo de ahí, por ello no entendió el miedo que olió en el pequeño cuerpo de Scott la primera vez que se vieron, como había rehuido de él los primeros días, en ese momento supo que el menor le había confundido con el otro alfa.

Su lobo se alzó de un salto, aulló con fuerza dentro de su cabeza, con odio y resentimiento, sin tan solo pensarlo ni una vez, con su puño en alto, para estamparlo en la mejilla del otro alfa, sabía que no sería suficiente para matarlo, pero el golpe fue lo suficientemente fuerte para que la cabeza del león girara más de noventa grados.