Satellite

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Notas: Ningún personaje me pertenece.

Advertencia: AU.

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Aquella tarde, el viento soplaba con mucha más fuerza, las grandes y altos ventanales se estremecían con el soplido de la ventisca, Ororo había pronosticado un mal tiempo, pero nadie le había escuchado hasta que granizos cayeron sobre ellos, algunos alumnos le pidieron que por favor la detuviera, pero ella hizo caso omiso.

A él no le importaba, por alguna razón su alma podía sentirse en paz, sus dedos acariciaron el vidrio, sintiendo como el frío traspasaba aquella delgada barrera, observó embelesado como las marcas fueron limpiadas por la lluvia, escuchaba a lo lejos el suave barullo de los alumnos reunidos en la sala, Charles había llamado a todos para una tarde de películas, agradeció que el olor de las palomitas y dulces llenaran el ambiente y que nadie estuviera prestándole atención, aprovechando para salir sigilosamente.

Las altas torres de luz iluminaban el oscuro patio, creando tenebrosas sombras con las ramas chocando y rechinando entre ellas, dio unos pasos alejándose de la protección de aquella casa, los granizos junto con la lluvia caían con demasiada fuerza, estrepitándose contra el suelo de piedra, cerró sus ojos, llenando sus pulmones del frío aire y tierra mojada, sus cabellos y la delgada ropa que llevaba se pegaron a él, pero nada de eso le impidió seguir caminando.

Dejó que sus pasos le guiaran por el camino de tierra, hasta detenerse cerca del lago que mantenían en la mansión, una pequeña sonrisa se plantó en sus labios, al observar como Bobby, junto a Rogue patinaban y reían en el lago congelado. La suave risa de Rogue llegó hasta sus oídos, todos podían ver como los ojos de la chica brillaban al cruzarse con Bobby, eran una pareja que podían entenderse sin hablar y Bobby sería capaz de cualquier cosa por la joven.

Su cuerpo y mente sentían como si hubiese pasado un montón de tiempo, como si los golpes y las burlas hubiese sido algo pasajero, ahora era ignorado por los alumnos, los profesores solo hablaban con él para cosas simples y directas, ya no era llamado para las misiones, la mirada de Charles ya no era amable, su aroma había cambiado, a uno más amargo y ácido, pero lo que más le dolía era ver como la dulce sonrisa de Erick, ahora era forzada, ya no había más abrazos, ni caricias en sus cabellos.

Dolía más de lo que debería, no le importaba recibir más golpes si con ello podía seguir riendo junto a los demás, el viento trajo consigo gotas de lluvia chocando directamente contra su rostro, el vaho salía de sus pulmones, pero él no se movió, se quedó observando como la pareja se adentraba a la mansión, él tan solo se quedó ahí, observando como los truenos caían cerca de las torres y como los relámpagos estremecían el oscuro cielo, agradeciendo que limpiaran las lágrimas de su rostro.

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El nudo en su pecho había crecido, impidiéndole poder respirar, el dolor se hacía cada vez más insoportable, podía sentir a su león rugiendo con ira y tristeza, odiándose al mismo tiempo, mientras observaba como el delgado cuerpo de Scott era azotado por la tormenta, mientras que sus hijos y el resto de alumnos se encontraban en la calidez de la hoguera, riendo como una bonita y perfecta familia.

Deseaba golpear algo, necesitaba salir y poder matar a alguien, se odiaba al recordar que le había prometido a Charles que evitaría acercarse demasiado al castaño, se sentía un mal padre al no prestarle la atención debida a su hijo, pero no entendía como Charles podía sentirse tan tranquilo al saber que un alumno suyo se encontraba sufriendo.

-Pa, ven aquí. -La mano de Pietro se sintió tan fría ante su tacto, su sonrisa tan estudiada, conocía a su cachorro. Celoso y posesivo, capaz de destruir a cualquiera, pero dejó que el menor le guiara hacia el mueble, aunque no pudo quitarse la imagen de Scott bajo la lluvia, no era necesario ver sus ojos para darse cuenta que se encontraba llorando.

Aullando a la lunaWhere stories live. Discover now