───❞¿No es encantador, estar
────completamente sola?❝
Soojin y Shuhua despiertan en una
caja de cristal, completamente solas,
sin recordar nada de sus vidas.
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Soojin respiró con alivio, sonrió, aún recostada en el suelo, abrazó a Shuhua con firmeza.
─Soojin─ la menor se apartó del abrazo, la miró con preocupación, tomó sus abultadas mejillas con sus pálidas manos, y la mayor las cubrió, sintiéndose revivida con ese toque.
─Tus manos son suaves─ murmuró, entreabrió sus ojos para mirarla, seguía sonriendo y eso hizo a la rubia ruborizarse.
Algo arrepentida por haberla juzgado momentos antes, Shuhua no pensó en otra cosa para disculparse.
Se acercó a su rostro con lentitud, cerró los ojos para no ver que Soojin la estaba mirando, a pesar de que lo sabía, ladeó su cabeza hacia la izquierda y dejó un suave beso en su mejilla.
─Siento haber desconfiado, Soojin─ murmuró, casi susurrando. ─Es que y-yo... Entré en pánico, no sé... Me puse muy paranoica y no tengo a nadie a quien culpar... Pero si sospecho de la única que me está acompañando en esto voy a quedar completamente sola y eso me duele más.
Soojin la miró un momento, antes de dejar un beso en su mejilla también, imitando su acción.
─No importa, Shuhua, ya pasó... Me duele que sospeches de mí, pero te entiendo.
Shuhua negó. ─No voy a volver a pensar así.
Soojin volvió a sonreír.
─Está bien─ murmuró, se miraron sin ninguna razón hasta que ambas terminaron riendo, felices, con Shuhua provocándole cosquillas en el cuello por su nariz, mientras la mayor la abrazaba por la cintura, ambas recordando la confesión de la otra.
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