Wrong Place, Right Time

3.4K 401 244
                                    

Ya casi había transcurrido un ciclo lunar desde que Louis había pisado Chehalis. El día de su llegada había sido unos días después de la luna llena, y ahora estaba a punto de volver a aparecer.

Desde luego, las lunas llenas siempre eran estresantes, porque era el momento en que su cuerpo decidía entrar en celo, el cual había bloqueado durante casi la mitad de su vida, pero siempre sentía ansiedad en los días previos, ya que tenía que asegurarse de tomar sus supresores a tiempo. Saber que si no lo hacía, podría ser enlazado y embarazado de un solo golpe si es que un pícaro lo encontraba...

Lo había traumatizado por completo.

No había nada que Louis temiera más que los celos.

Pero intentaba mantener la calma. Sabía dónde estaban sus remedios; Camila le había ayudado a encontrar el escondite perfecto poco después de su última charla, además Jadedra aseguraba su calidad, y solo ellos conocían su existencia.

Lo único que tenía que hacer era tomarlos puntualmente, dentro de un día para ser exactos, y entonces podría olvidarse de ellos durante otro ciclo lunar. Era un verdadero privilegio que los supresores no fueran algo que tuviera que tomar todos los días. Lo único irritante eran los bloqueadores de olor; independientemente de lo que hiciera, su aroma siempre se volvía más fuerte al final del ciclo lunar debido a su celo, por lo que sus bloqueadores no le ayudaban para nada. Al menos, él lo creía así.

"¿Louis?", le llamó Katniss, sacándolo de sus pensamientos y regresándolo al entrenamiento.

"Lo siento. Me distraje", respondió Louis, dando la orden de poner fin al descanso para que sus omegas retomaran la sesión.

Era su segunda semana como jefe de equipo en el entrenamiento de combate omega. Le estaba yendo bien y sentía que así pasaba mucho mejor sus días, pues de esta manera nunca había un Harry furioso ahuyentado un sinfín de aromas alfa. Por lo que, todos salían ganando.

Pero lo más importante era que estaba enseñándoles a los omegas a defenderse; les estaba dotando de poder por si alguna vez se sentían desprotegidos, y no había nada que Louis apreciara más que ese mismo poder, ya que le había salvado la vida muchas veces. No había nada más valioso que la autosuficiencia en una pelea.

Sus omegas de la jornada volvieron a colocarse en posición y continuaron sus ejercicios de ataque a larga distancia, practicando su puntería en un prado del bosque. Por el momento, solo lanzaban piedras—pero una vez que dominaran la técnica básica, podrían utilizar hachas y cuchillos.

Peeta era el mejor, lo cual tenía todo el sentido del mundo. Al tener a Katniss como su alfa, quien era experta con el arco y tenía una puntería infalible, Peeta habría sido instruido muchas veces sobre cómo apuntar correctamente a un blanco, sin importar la manera en la que estuviera efectuando el tiro.

Louis se aseguraba de que todos y cada uno de los omega recibieran la debida atención y ánimos mientras lanzaban sus piedras, de modo que al final del día todos estaban sudorosos, pero sonrientes y contentos. Sabían que estaban haciendo algo muy importante, y eso se notaba en su satisfacción. A los ojos de Louis, todos eran prometedores. Podía ver el potencial que tenían y no dudaba de que podrían ser capaces de demostrar su ferocidad cuando fuera necesario en el futuro.

Esto era un ejército. Y Louis siempre había soñado con tener uno.

Cuando la sesión terminó oficialmente, más o menos al mismo tiempo que lo hicieron los deberes alfa, Louis guió a los omegas a través del bosque de vuelta al pueblo. Les indicó que continuaran su camino y le dio un rápido abrazo a Peeta antes de correr hacia el equipo de Draco, quienes también acababan de regresar a la aldea.

Only You Can Be My Alpha || L.SWhere stories live. Discover now