DEJATE AYUDAR

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Llego a ver a Mia después del día de mierda que tuve que pasar en la universidad.

Los días me estresan, cada minuto que pasa me siento mas encerrado que antes, es como si estuviera en una jaula sin poder siquiera salir a tomar aire fresco.

—¿Cómo estás? —pregunto y ella sonríe

Su sonrisa no llega a sus hermosos ojos cafés.

—¿Qué pasa? —pregunto queriendo saber que la aflige

—¿Qué pensarías si te digo que mi corazón esta tan negro como una fosa sin salida? —su pregunta me descoloca porque ella para mi es luz.

—Eres luz pequeña, tú siempre serás la luz que alumbra mi caminar, la luz que me ayude a llegar a mi destino final —le digo

—Aun me parece mentira que estes aquí, tantos años sola y sin esperar nada a cambio...de la nada todo comienza a cambiar, ¿acaso es una jugada del universo para verme caer nuevamente?

—Nuestro destino siempre ha sido estar juntos, te voy a esperar Mia, te voy a esperar todo el tiempo que sea necesario —le digo y espero que ella me entienda

—No quiero que me esperes, no quiero que me ayudes. Quiero ayudarme sola y no depender de alguien Aran. Cada uno tenemos nuestros propios demonios y no quiero que cargues con los míos —me dice ella

—Mis demonios no son nada comparados si no te tengo cerca, te esperé tanto tiempo, te busqué y creí olvidarte, pero me di cuenta que no lo he hecho. Llámalo enfermizo, toxico, pero es lo que siento y no quiero alejarme de ti.

Ella busca mi mirad ay yo la aparto.

—Sabes que este no es el momento indicado Aran. Tal vez estamos destinados, pero el momento no es el correcto. Yo debo aprender a perdonarme, aprender a amar de verdad y no solo anhelar un sentimiento que me cuesta demasiado entender. Quiero que tú sigas tu vida, así como la has tenido hasta ahora, no quiero que te preocupes por mí. Solo tienes 18 años, eres joven. Ve y disfruta de tu vida.

—Solo déjate ayudar.

—Eso es lo que no quiero. No quiero la ayuda de alguien mas para superar mis traumas, no quiero que nadie este ahí para que me de palabras de aliento cuando me caiga. Quiero hacerlo sola, quiero salir ADELANTE SOLA. Aléjate de mí y vuelve a tu vida normal.

—No me puedes pedir eso cuando te he dicho todo lo que siento por ti, te amo Mia.

—No es amor Aran, no lo es.

Ella me deja solo y me quedo con ese sentimiento desgarrador en el centro de mi pecho.

Puede que de verdad ella tenga razón y solo sea un capricho mío, pero lo siento tan real que me duele aceptar lo que ella ha dicho. Sus palabras han sido como dagas filosas traspasando mi pecho.

Salgo del refugio y me instalo en un pequeño bar que hay cerca.

—Un tequila —pido en la barra

En dolores del corazón ni el mas viejo ni el mas sabio saben de ese don.

Termino mi shot de tequila y así sigo con los demás hasta que pierdo la cuenta.

Tal vez ella tenga razón y sea un enfermizo, toxico por quererla para mi cuando nunca se lo pregunte. Nunca me puse a pensar en lo que ella quiso o en lo que ella quiere.

Yo solo me hice ilusiones y yo solo debí haberlas mátalo hace tiempo.

Salgo del bar y al llegar a casa mi padre y mi madre discuten nuevamente.

—¡Aran! —exclama mi madre

—Hooooy nooooooooo —contesto arrastrando las letras

Subo a mi habitación como mi cuerpo me lo permite y al caer a la cama dejo que el sueño me envuelva para así poder ayudarme a mí.

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Me despierto con el dolor de cabeza insoportable, me tomo un ibuprofeno y me cambio para irme a la universidad.

—Ya me voy.

—Con cuidado —me dice mi madre

Salgo de la casa y al llegar a la universidad veo un montón de estudiantes reunidos en la puerta

—¿Qué pasa? —pregunto

—Pues has ganado una beca para irte a estudiar toda la carrera de literatura en Oxford —me dice y me quedo paralizado.

¿Cómo paso esto?

—Aran, Aran anda y busca al director —me dice una de las chicas de mi salón

Avanzo como puedo y al llegar al despacho del director la secretaria me dice que pase.

—Felicidades joven Aran, no solo será uno de los mejores abogados, sino que su poesía es exquisita tanto así que me veo en la obligación de concederle la beca de literatura, pero si gusta la puede rechazar.

No digo nada y solo observo.

Se que hace unos días hubo un concurso para poemas, pero yo no participé.

—Déjeme pensarlo —digo y salgo de su despacho.

Llego al salón con mil sentimientos encontrados y un poco descolocado por la supuesta beca que gane.

—¿Quién fue? —pregunto

Todos me miran y nadie dice nada.

—Pregunte quien fue —grito

—Vi uno de tus poemas y pensé que tal vez querías presentarlo —me dice Natalia

—No te metas donde no te buscan.

Agarro mi mochila y salgo del salón.

Nadie tenia porque leer esos poemas, nadie más que ella. Tal vez esto sea una señal y de verdad debo hacer mi vida.

Salgo de la universidad y tomo el primer taxi que encuentro.

Solo quiero conversar con ella, quedar en un acuerdo para poder estar tranquilo conmigo mismo.

—Llegamos —me indica el conductor. Le pago y salgo del taxi.

Estas son una de las pocas veces en las que siento nervios, es como si estuviera en mi primera exposición frente a toda la escuela.

—Hola Aran —me saluda Odette

—Hola, ¿esta Mia? —pregunto

—Donde siempre.

Asiento y corro para allá.

—Mia —digo con la voz ahogada

—Te dije que me dejaras sola. No lo hagas más difícil por favor. —me dice ella y me acerco para abrazarla

La aprieto contra mi y no dejo de tenerla en mis brazos.

—Solo déjame ayudarte Mia, déjame ayudarte como no lo hice antes —me separo de ella y la miro a los ojos —Se que soy un idiota, toxico, posesivo y todos los calificativos despreciables que puedas creer, pero en algo nunca te mentí...te amo y por eso te voy a esperar. Ambos tenemos que sanar, ambos tenemos que curar aquellas heridas que el destino nos ocasiono y solo el tiempo nos dará la razón si ambos debemos permanecer juntos. Prométeme que me vas a esperar, que vas a darle una oportunidad a este sentimiento que ambos sentimos.

—Solo quiero sanar sola, quiero sentirme bien y decirme algún día: Mia lo hiciste. —me dice ella y la entiendo

—Perdóname por no preguntar, siempre pensé en mi y no en ti. Nunca me puse a pensar si tú querías que yo este cerca, tampoco te pregunte si me amabas solo asumí las cosas y estuvo mal. Ahora solo quiero ayudar y poder sanar.

Ambos nos abrazamos y se que no es nuestro final, sino el inicio de nuestro comienzo.

Destino o casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora