ULTIMA CARTA

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POV MIA

(3 días antes de que el paquete sea entregado)

Es tan extraña esta sensación. Es como si mi vida hubiera sido una vil mentira, hace un año decidí perdonar a mi madre. Ella regreso y dijo que tenía un hijo.

—Te perdono mamá, no quiero vivir mis últimos meses de vida odiándote o guardándote rencor. Te perdono de corazón y espero que tú también te perdones —le digo

—Siempre viví con ese temor hija mía. Quería que tú me perdonaras, pero mi alma no se perdona lo cruel que fui contigo —me dice y ambas nos abrazamos

Lloro como la primera vez que ella no llego a dormir, como aquel día en el que sentí que mi pequeño corazón se rompía porque mi madre no estaba allí para cuidarme de las oscuras sombras.

—Quiero presentarte a alguien.

Con el paso de los días ella me presento a mi hermano, Nicola. Mi madre encontró a un hombre que la ayudo a salir de su adicción y se enamoraron en el proceso.

—¿Estas lista? —me pregunta Odette

—No, pero quiero saber la verdad

Ambas salimos del refugio y la presión en mi pecho se hace más fuerte.

Hace unos meses me detectaron cáncer de mama, me hicieron operaciones y nada ayudo porque mi cáncer estaba demasiado avanzando y no me di cuenta.

El doctor dijo que ningún tratamiento me ayudaría, que lo mejor era prepararme para la muerte. No lo quise aceptar y supliqué que me hagan los tratamientos, todos fueron en vano.

—Me gusta ese color —me dice Odette viendo la pañoleta en mi cabeza

Atrás quedo mi cabello castaño, mi mirada encendida y mi color canela. Ahora no tengo cabello, mis ojos son tristes y mi piel es pálida.

—Solo quiero algo de vida —digo lo más fuerte que puedo, aunque sé que no se escuchó muy bien.

Las quimioterapias siempre me dejan débil, mis huesos son frágiles y mi voz se volvió muy suave por la poca fuerza que me quedaba.

Poco a poco fui perdiendo la vida, el color y las razones porque luchar.

Hace 2 años tenía una misión y la cumplí, una promesa que no rompí. Me perdone, perdone mis errores y acepte que no fue mi culpa, acepte mi vida y aprendí a amarme, también lo espere, lo espere tanto que duele porque nunca me he cansado de esperarlo.

Él prometió regresar, Aran dijo que regresaría por mi y yo le creo.

Llegamos al hospital y en cuanto la enfermera me ve me sonríe.

—Que bueno es verte. De seguro hoy si recibes una buena noticia.

—Ojalá el universo te escuche.

Odette me acompaña hasta el consultorio del doctor y a decir verdad si estoy nerviosa.

—Si no hay buenas noticias no te pongas triste —le digo

—No digas esas cosas.

Se que ella no acepta que me voy a morir, se que tengo 17 años, que soy joven y una vida por delante, pero talvez este no era mi destino, tal vez el universo solo quería que yo me perdonara y lograra amar.

—Hola doctor —saludo

—Hola Mia —me saluda y se sienta frente a mí.

Mis manos sudan por los nervios y Odette tiene los ojos rojos.

Destino o casualidadWhere stories live. Discover now