𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐 𝒚 𝑴𝒂𝒔

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Merlín avanzó con paso lento por la casa tan conocida como la palma de su mano, directo hasta la pequeña biblioteca. Entró en silencio, escuchando tu melodiosa voz leer uno de los tantos libros de la estantería.

Se quedó unos momentos mirándote, con mucho detenimiento, sintiendo su corazón paralizarse con tu silueta que formaba la luz. Le parecías una obra de arte. Una obra que miraría todo el tiempo sin cansarse.

-Y cruzó, corriendo por aquel camino, con las gotas cayendo por todos lados. Sin importarle lo empapado que acabaría, corrió, hasta alcanzar su mano y detenerla, porque no podía vivir sin ella.. Fin.-Dejaste ir una diminuta sonrisa y un suspiro. Cerraste el libro y te apoyaste en la ventana con ojos cerrados, amabas ese libro, aún si no sabias si terminaron juntos, para ti lo habían hecho.

Merlin dejó escapar una sonrisa, sabía de tu amor por los libros y tu plan de leer toda la biblioteca de tu padre antes de irte. El en cambio, no se consideraba una persona paciente, pero escucharte leer sin necesidad de hacer algo, no le importaba en lo absoluto. Pará el, eran los mejores momentos del día.

La Familia Abel, a la que tu pertenecías, eran unos nobles de la sociedad a la que pertenecían. Solo que a pesar de ser Nobles, no eran demasiado ricos y ambos siempre se llevaron bien desde que eran unos niños. En cambio el, era el hijo de un Vizconde, precisamente del Vizconde Pembrocke, siendo el futuro heredero del título y todas las propiedades.

Ambos eran hijos únicos. Tu nacimiento había sido muy peligroso por lo que tus padres no intentaron tener más, en cambio el, su padre se sintió satisfecho de tener ya un heredero.

¿Y por qué estaba ahí? Bueno, a él le encantaba escucharte leer.

En realidad, todo lo que le gustaba tenía que ver contigo.

No sabía en qué momento cambió, de un momento a otro se hizo demasiado unido a ti, aunque se conocieran desde pequeños y tuvieran más amistades. Aprendió a apreciar esos pocos y cortos momentos contigo. Solo se dejaba llevar por el bello sonido de tu voz recitando cada palabra de los libros de tu padre en la pequeña biblioteca de tu casa.

En serio podía pasar horas así contigo, donde estuvieran juntos.

Y últimamente los buscaba más, llegando a tu casa a cualquier hora del día y buscándote por toda tu casa para pasar tiempo juntos. Pero aún con todos los cambios, sabía muy bien que había cambiado algo y era en lo nervioso que se sentía cada vez que te veía y en la paz que le dabas al estar a su lado.

En definitiva ya no podía quedarse mirándote y no poder decir lo hermosa que te veías con cada vestido que llevabas.

Su corazón sentía que te pertenecía.

-Parece que he llegado al final..-Hablo, sacandote un pequeño susto del cual no pudo evitar reírse.-Una disculpa.

-¡Merlín!-Exclamaste.

-A mi también me alegra verte.-Respondió Merlín con una sonrisa alegre.-He llegado al final pero espero escucharte iniciar otro.

-¿Después de asustarme?

Merlin se fue a sentar en uno de los pequeños sillones de la biblioteca, esperándote.

-No iniciaré otro.

-Hoy te vez bonita.-Dijo el, sacandote un sonrojo.-Ese color en definitiva es tuyo.

Sonreiste con timidez. Llevabas un vestido de color violeta, en un tono muy bajito.

-Gracias. Tu tambien te vez bien.

Y se quedaron en silencio, mirandose el uno al otro, lo cual no era raro. Ambos se sentían cómodos en la presencia del otro, tal vez por eso trataban de pasar más tiempo juntos, ignorando aquellos latidos frenéticos sentían.

.♬•𝑷𝑳𝑨𝒀𝑳𝑰𝑺𝑻•♫•.ᴹᵉʳˡíⁿ ˣ ᴸᵉᶜᵗᵒʳᵃWhere stories live. Discover now