la razón.

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"¿Sigues siendo la misma persona que conocí bajo aquellas gradas?"

Lo primero que nota es el color de su cabello.

Mechones de cabello negro azabache caen como dominós sobre su rostro. Casi parece sacado de una película nominada al Óscar.

  Jimin se encoge ante su mirada expectante.

—¿Y? —dice el chico frente a él, quien aún espera pacientemente a que el otro reaccione— Más de cuatro años lejos y tú me recibes como–

Pero Jimin no lo deja terminar, abalanzándose sobre el cuerpo de Taehyung sin pensarlo dos veces.

Y, como si el tiempo no hubiera pasado, los brazos de Taehyung lo envuelven hasta dejarlo sin respiración.

Lo segundo que Jimin nota, atrapado en el agarre del contrario, es el suave olor a colonia que está impregnado en su ropa. Inhala profundamente para llenarse de él, el olor haciéndosele tan extraño y tan familiar a la vez. Siente la cabeza de Taehyung apoyarse en su propio hombro derecho, los latidos de éste retumbando nerviosamente contra su pecho.

Ambos toman dos inhalaciones temblorosas al mismo tiempo.

Y se comienzan a reír.

Es una explosión repentina de alegría, los ojos de Jimin se achican hasta el punto de no poder ver nada y puede escuchar con perfecta claridad como la risa del otro resuena en su amplia caja torácica. Ronca y jovial, a pesar de que Jimin ya puede verle el comienzo de una barba y miles de preocupaciones esparcirse por su rostro.

Se separan, ambos portando grandes sonrisas aún, y Jimin siente frío donde los brazos de Taehyung rodeaban su cintura. 

—¿Aun tienes el perfume de rosas que te regalé? —pregunta el pelinegro.

Echa una mirada sobre su hombro, procesando la pregunta y verificando que están solos en la sala.

Jimin entiende a su madre, a él también le hubiera dado verguenza ajena presenciar ese abrazo.

—¿Me estabas oliendo, Taehyung? —y le profiere un ligero golpe en el pecho, separándose definitivamente del menor.

—¡Ey! ¡También te sentí olfateandome como un cachorro! —Taehyung dice mientras se echa de nuevo en el sillón de dos plazas.

—Sigues siendo igual de estúpido, Tae.

—No me preferirías de otra forma, Jiminnie.

Lo tercero y último que Jimin nota, mientras toma el puesto sobrante al lado del otro, es que ni cinco años sin verlo ni el dolor de una promesa rota, significan realmente nada cuando puede tener la compañía de Taehyung una vez más.

Lo tercero y último que Jimin nota, mientras toma el puesto sobrante al lado del otro, es que ni cinco años sin verlo ni el dolor de una promesa rota, significan realmente nada cuando puede tener la compañía de Taehyung una vez más

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Jimin nunca ha sido un soñador.

Al menos, no en la forma en que Kim Taehyung lo es.

come back to my side | vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora