C4: 𝓪𝓽𝓻𝓪𝓬𝓽𝓲𝓿𝓪 𝓯𝓲𝓮𝓻𝓪

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La mexicana se estaba poniendo unas vendas en sus brazos para ocultar las cicatrices de los mismos.
Respiró profundo poniendo en orden sus pensamientos...

Urss la había llamado a su casa para hablar seriamente de sus misiones, y sinceramente no era como que el mayor le diera buena espina.

- ok hay voy.

Se dirigió al lugar caminando a paso tranquilo pero sin llamar la atención, se detuvo en la puerta unos segundos y tocó la puerta.
Trago saliva sorprendida al percatarse que la puerta estaba abierta.

En silencio entró con su arma preparada, en puntillas ingreso.

- qué se supone que haces México?- preguntó el mayor extrañado, él estaba detrás de la puerta esperándola

- uhh, perdón, creí que alguien se había metido, no sé un enemigo y quise tener cuidado.

El mayor hizo una señal con la cabeza para que la menor lo siguiera.

Al llegar a su oficina se sorprendió al ver unas niñas pequeñas trensandose el cabello.

- Bielorusia, Ucrania, regresen a su habitación- las pequeñas miraron a la mexicana

- ¿Quién es ella? ¿Nuestra nueva mamá?- preguntó Ucrania con una sonrisa

A México se le heló la sangre de golpe

- ehh no.- contesto nerviosa

- niñas, México es hombre.

- uhh, perdón señor

- si no hay problema- dijo forzando una sonrisa

-aparentemente eres muy bueno peleando México, tus habilidades me han sorprendido, desconocía completamente tus capacidades, por lo que supongo que también tú escuadrón puede superar mis expectativas ¿verdad?

- sin duda

- me alegra, tus próximas misiones comenzarán a partir de mañana, te quiero tanto a ti como a tús hombres en forma y estrenandose diariamente, los someteré probablemente a algunas misiones fuera de su área, o tal vez para trabajos clandestinos, por lo que solamente espero que hagan bien su trabajo

- si señor

- puedes irte

- si, gracias

La mexicana empezó a retirarse pero en el camino a la salida paso frente a ella, un muchacho alto, de piel rojiza y azúl, musculoso, y solamente con una toalla a la cintura

- compermiso

- eh sí- dijo cuando el muchacho la paso, volteo hacía atrás mirando como el joven se perdía de su vista- *susurrando* santísima virgen de la papaya ¿Que les dan de comer a estos hombres?

Sonrió satisfecha de su taco de ojo y se fue de la casa.



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Al llegar al entranamiento comenzó a correr en círculos junto a sus soldados, algunos hacían carreritas y otros trotaban.

Pero no sé había dado cuenta de cierto jovén que se ocultaba detrás de un periódico que la miraba atentamente.

-Mexiko ... ist schnell.

Se trataba de Alemania Occidental, Oriental la vigilaba escondido debajo de un camión.

-Interessant.

Cuando los soldados se retiraron a las bañeras, a... Bañarse.

Ella se quedó completamente sola, sin que nadie la viera, todo el campamento parecía vacío.

- *suspiro* ahora sí~ a entrenar cómodamente

Se quitó el suéter, el casco y debajo de la playera sus vendas.

Oriental y Occidental estaban boquiabiertos ante la atractiva mujer frente a ellos. Tanto que Occidental se escondió dentro de un bote de basura para estar más cerca.

Oriental sacó un comunidador

- Vati, te tenemos noticias sorprendentes- dijo sin despegarle la mirada a la mexicana, que había comenzado a calentar, a hacer estiramientos.

Occidental sonreía de medio lado, era un adolescente completamente perdido en sus pensamientos

- *respira profundo* okey ahí vamos.

Con una sonrisa empezó a correr a una mayor velocidad por todo el campamento, que en 20 segundos le daba la vuelta completa, levantando nieve a su paso

- sorprendente

Oriental comenzó a comunicarle a su padre todo lo que sus ojos admiraban.

Una hermosa mujer, de preciosas cuevas, con cabello corto pero que no evitaban que su belleza se admirara. Parecía toda una alfa, y más cuando daba saltos para brincar autos y demás estorbos, muy ágil como una jaguar y tan veloz como una águila.

Luego de correr la mexicana tomo una toalla que dejó alado de sus cosas, y se limpió el sudor.
- fiu~ 50 vueltas, 100 segundos... Nuevo récord.

Occidental sacó de su bolsillo izquierdo una pequeño invento de su padre, una pequeña maquinita silenciosa que tomaba fotos y las guardaba digitalmente. Sin pensarlo le tomo varias fotos a la mexicana, algunas para su padre y otras para su uso personal.

la mexicana escuchó el sonido de las bañeras cerrarse y volvió a ponerse su disfraz
- ok Mex, ponte chingona, que mañana te espera otra misión...

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🄻🄰  .  🄸🄽🄵🄸🄻🅃🅁🄰🄳🄰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora