𝔨𝔯𝔦𝔢𝔤𝔰𝔞𝔡𝔩𝔢𝔯

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La mexicana abrió sus ojos lentamente, tenía la vista algo nublada pero veía claramente el rostro del nipón, este murmuraba algo en voz baja mientras la cargaba.

- mh?~

- perdoname México, pero...

- así que está es la latina que te no te deja en paz- la mexicana trató de forcejear pero solo logro caer de los brazos de Japón

- Auch...- murmuró bajo - ¿Q-qué me hiciste?

Miró de reojo a los mayores, se veían borrosos, pero el de evastica se agachó a su altura, de manera en que México se quedó en shock al estar cara a cara con ese europeo

- permítame explicarle señorita, soy Third Reich y mi amigo Imperio se hizo cargo de traerte hacía mi. Admito que pareces ser muy buena combatiendo pero ahora estás en mi terreno, tranquila, pediré un rescate por ti, estoy seguro que por lo menos ese gringo idiota vendrá por ti- dijo mostrando sus dientes de tiburón

- n-no... U-Usa no caerá... En tus... Amenazas...

- según mis... Pequeños espías, Usa no te quita el ojo de encima

- es porque es mi vecino... No quiere que esté del lado de los comunistas- dijo cerrando sus ojos por un momento, no quería mirar al sujeto que admiraba su desgracia

- claro... Mujeres, siempre fingiendo que no se dan cuenta de nada- dijo irónico rodando los ojos

- Nazi, no le hagas daño- pidió en voz baja y el contrario lo volteo a ver con sospecha- no nos sirve de nada matarla, muerta ya no vale nada

- (hijos de su puta madre, no necesito que nadie me rescate... Yo puedo... Sola...)- pensó empezando a estremecerse y a temblar, el frío había aumentado

- supongo... La llevaré a... Mmmmm ¿de dónde no podrías escapar?- murmuró mirándola e intercambiando su mirada con los ojos rojizos de la mexicana- la peor tortura de un águila es estar enjaulada~

Con una sonrisa cínica y un ademán de manos llegaron dos soldados tomándola de los hombros y se la llevaron a una especie de mazmorra.

La dejaron ahí tirada, México soltó un suspiro entristecido...

- ¿Qué hice...? Se supone que debo ser fuerte... Porqué tuve que confiar en ese pinche asiático pendejo!!!

Exclamó luego se dirigió a una esquina para recuperar fuerzas, tenía que establecerse al menos lo suficiente como para escapar.

Escuchaba claramente gritos, disparos y soldados allá fuera.
Alzó la mirada y encontró una pequeña ventanilla.

- creo que ya se cual sera mi pase de-

- de qué está hablando?

Le pregunto un soldado apenas entrando.

- nada ...

El soldado la miró con cinismo y algo de lujuria

- eres muy guapa sabes~

- y tú muy desagradable vete- ordenó con enfado

- vamos pequeña solo queremos jugar, este lugar es muy aburrido sin chicas lindas.

- ¿Q-queremos?- murmuró tragando saliva y se colocó en posición de ataque- (ya valió madres este pedo)

El contrario río bajo malicioso y comenzó a abrir la celda, detrás de él aparecieron otros dos soldados, todos altos y amenazantes que con tan solo una mirada ya se podían seducir sus intenciones

- no me toquen...

Dijo amenazante

- ¿Quién dice que te pediremos permiso?

Tal y como dijo los tres cayeron sobre ella como hienas, Mex logro golpear a uno en la cara y meterle un rodillazo en su entrepierna a otro, pero el miedo y el terror la invadieron al sentir ciertas caricias, besos y pellizcos

- DÉJENME!!!

Soltó algunas lágrimas y cerró los ojos.

Pero se quedó estática al escuchar tres disparos y aquellas molestías parar.
Tenía el corazón palpitando al mil al levantarse un poco del frío piso, exactamente los tres tenían un balazo en la frente.

- perdón por haber permitido que llegarán estos idiotas mexicana...

Se giró quedando anonadada, era el mismísimo Nazi.
Solo que este estaba volteando a otro lado.

- yo qué tú me arreglaría un poco,- México rápidamente se acomodó su ropa y se abrazó a si misma- soy un asesino no un depredado

Dijo ahora mirándola.

- te llevaré a un lugar más seguro

Dijo e hizo un movimiento con su cabeza, señalándole que saliera.

- ¿p-por qué me ayudaste?

- me resulta indignante tener esas mierdas de soldados en mi territorio... Y además, tal vez no valgas mucho para Usa si ... Se aprovechan de ti.

- *tks* Usa es solo un amigo

- si claro- dijo notablemente irónico.

- ... Gracias...- murmuró, todavía caminando por el campo de entrenamiento.

- ¿Qué?

- uhhh, gracias por... Detener a esos cabrones...

- *suspiro* me parece muy de poco hombres aprovecharse de una mujer... Y más cuando está herida

- je, si claro, entonces debo suponer que eres un buen hombre ahora?- preguntó irónica

- soy alguien determinado con objetivos, ser un asesino o genocida no tiene nada que ver con ayudar a una señorita.

- aja- dijo con una pequeña sonrisa.

Finalmente había terminado esa caminata, llegaron a una especie de mansión estilo gótica que incluso daba un poco de miedo.

- está completamente asegurado, no podrás salir a menos de que resultes herida, por lo que te sugiero no intentar "nada extraño"

- *mhj* no soy esa clase de mujer

- me refiero a tratar de escapar, yo no te insinúe nada

- yo tampoco insinúe nada

- entonces deja de actuar así

- oh, cómo si fuera a dejar que me agarren nomás de chacha, prefiero otra celda a eso.

- si gustas te regreso a esa mazmorra

- te pasas de verga cabrón

- solo entra y no hagas nada, te necesito intacta hasta que cobre tú rescate

- grrr...

Gruñó bajo, el nazista la guío hasta una habitación para visitas.

- digamos que está será tú jaula, solo que ahora ningún idiota entrará sin mi permiso

Cerró la puerta y puso seguro.

México miró a todos lados encontrando una pequeña chimenea.

- jejeje, supongo que te debo una grande Nazi.

Iba a comenzar a quitar la leña de esa chimenea, pero decidió tomar un pequeño descanso, la recámara era grande, la cama espaciosa, se veía muy bonito a pesar de todos esos tonos oscuros.

Se acercó a un librero encontrando un pequeño cuadro, era ese líder nazista con dos pequeños.

Se quedó mirando la foto, al inicio con ternura por esos pequeños, luego con algo de curiosidad, ahora que lo miraba un poco más a detalle... Nazi es muy guapo

- no me había fijado...

🄻🄰  .  🄸🄽🄵🄸🄻🅃🅁🄰🄳🄰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora