fotografía || TR || [ Angry x Rindou ] [ Ringry ] +18

sailorboy

[warnin: +18, sexo, lenguaje obseno, relaciones sin protección.
TW: Toma de fotografías durante la relación]

—No tengas vergüenza, es decir, está bien que la sientas pero tranquilo, sólo somos nosotros dos.— Rindō esperaba paciente sobre su cama, hace poco había ido a buscar en su motocicleta al menor de los Kawata quien salía de sus clases extracurriculares. ¿Una relación no amorosa secreta? por supuesto.

—¡F-fue una mala idea...! ¡No debiste comprarme esto!— Se oían las palabras desde el baño de la misma habitación.

—Souya, ya no hay marcha atrás.— Habló riendo.

La puerta se abrió de golpe, revelando la temblorosa y avergonzada imagen del menor, luciendo nada más y nada menos que un uniforme de colegiala.

—La falda es demasiado corta.— Chillo, manteniendo la cabeza gacha.

Sus ojos lilas quedaron encantados con la erótica imágen, la camisa sailor, la diminuta falda ajustada a su cintura que no dejaba nada a la imaginación, sólo las pequeñas bragas blancas de encaje y además de esas largas medias blancas cubriendo sus lechosos muslos. No dudó en tomar rápidamente su teléfono y fotografiarle antes que se diera cuenta.

—¡O-oye!.— En un intento en vano trató de bajar más su falda.

—Uf... ¿Sabes? Alguien quiere educarte...— Sonrió, apuntando juguetón su entrepierna.

—¿P-podemos hacerlo sin esto?.— Susurró.— Es muy vergonzoso.—

Rindō se puso de pie y abrió sus brazos, en señal de dar un abrazo.

—Ven ¿Con un abrazo se te quita la vergüenza?.— Sonrió.

Souya aún mirando abajo fue hacia sus brazos, pegando su rostro al pecho del rubio, inmediatamente siendo abrazado por este.

—Quizás...— acariciaba su pecho tatuado.

—Eres tan lindo, bebé...— Las manos de Rindō fueron bajando, por su espalda, cintura, caderas, tocando la fina tela de la falda, llevando sus falanges a la suave piel del menor, agarrándole suave ambas nalgas. Ambos ya sabían a lo que venían, Souya suspiró, disfrutando las traviesas manos del mayor acariciarle.

—Que sepas que me calienta verte así...— Susurró ronco en su oído.

Se apartó lento, tomándolo por debajo de los brazos y con facilidad tirándolo a la cama.
Souya quedó con ambas piernas abiertas, pero de inmediato por la vergüenza juntó sus rodillas, desviando su sonrojada mirada.

—Tranquilo cielo, ábrelas, quiero verte.— Se despojó de su polera, tirándola a un lado.

—T-te odio...— Se incorporó con cuidado, elevando su torso y poniendo ambas manos detrás de su espalda. Tomó algo de aire y lentamente fue abriendo sus rodillas.