JENNIE

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POV JENNIE

DOS AÑOS DESPUÉS...

—Esto es suficiente caramelo, ¿verdad?

Lisa mira por encima de mi hombro el gran bol de plástico que hay en la encimera de la cocina. —Sí, creo que está bien. —Pellizca una mini-barra de caramelo de la parte superior del montículo y le quito la mano de un manotazo.

—¡Lalisa!

Se ríe. —No me digas que no has robado un trozo para ti.

—Oh, está bien —refunfuño. —Disfruta de tu caramelo.

—Sólo si puedo recibir un beso antes.

Miro a mi esposa con una mirada desafiante, pero no puedo resistir su hermosa sonrisa por mucho tiempo. Paso una mano por el pecho de Lisa y ella se inclina para presionar sus labios contra los míos. Lisa y yo llevamos un año casadas y cada beso que compartimos es tan maravilloso como el primero.

—Te amo —dice suavemente, y luego pasa una mano por mi vientre de embarazada.

—¿Cómo está el pequeño chicle?

Me río. Este año, para Halloween, me he disfrazado de máquina de chicles y Lisa se ha disfrazado de una moneda gigante. (Goals)

—Está bien —digo. —Hoy me ha dado algunas patadas extra.

Suena el timbre y miro a Lisa con entusiasmo antes de agarrar el bol de caramelos y salir de la cocina. Oigo a los niños parlotear en nuestro escalón delantero. En cuanto abro la puerta principal, todos me sonríen y sueltan un sincronizado

—¡Truco o trato!

—Mírense —les digo, tendiéndoles el cuenco de caramelos.

—¿Cuántos podemos tomar? —pregunta una niña vestida de alienígena.

—Dos caramelos cada uno, cariño —digo.

Los niños eligen sus caramelos, dan las gracias y salen corriendo hacia la siguiente casa. Antes de cerrar la puerta principal, me tomo un momento para contemplar el barrio. Es una noche clara y nítida, y la luz de la luna baña los adornos de los patios delanteros de todos.

—Es una noche preciosa, ¿verdad? —dice Lisa, rodeando mi cintura con su brazo mientras se acerca a mí.

—Realmente lo es —digo.

Me apoyo en ella y pienso en la aventura que hemos vivido juntas hasta ahora: salir en innumerables citas en nuestro último año de universidad, graduarnos, irnos a vivir juntas, avanzar en nuestras carreras, casarnos, hacer la prueba de embarazo... Mi corazón rebosa de amor al pensar en todo ello.

Y todo gracias a haber quedado atrapada en esa casa embrujada.

—¿En qué estás pensando, preciosa? —pregunta Lisa, mirándome.

—Oh, sólo... la fiesta de Halloween —digo. No tengo que aclarar cuál; ella sabe exactamente de qué estoy hablando. — Estoy muy agradecida de haber entrado en esa espeluznante sala aquella noche. Si no lo hubiera hecho, nada de esto habría
ocurrido.

—¿En serio? Creo que igual habríamos terminado juntas.

Lo miro. —¿Lo crees?

—Definitivamente. Estábamos destinadas a estar juntas, Jennie. Siempre íbamos a ser tú y yo.

—Eres muy dulce.

—No tan dulce como tú.

Y nos besamos hasta que otro grupito de truco o trato nos interrumpe.

FIN.

En la noche (Adaptación Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora