Extra 2

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Dedicado a El_culo_de_Ares_7u7

Edward

—Cumpleeeeeaños felizzzz, cumpeeeeleaños felizzzzz —la voz cantarina de mi gatita me despierta.

Con una sonrisa miro como Abby se acerca cantando a mi cama, lleva un pastel con una vela mientras canta.

—Feliz cumpleaños cangurito. —termina de cantar y yo no puedo aguantar la sonrisa que surca mi rostro.

Ya me he acostumbrado a que me llame así. Incluso me gusta que lo haga, siempre y cuando no hayan más personas presentes.

—Deja ese pastel en la mesa. —digo en tono de orden.

—¿No te gustó? —la sonrisa se borra de su rostro y mi corazón se quiebra ante la imagen.

—Me encantó, gatita. Pero quiero besarte y no quiero tirar el pastel.

La sonrisa vuelve a su rostro. Deja el pastel en una mesita antes de regresar al lado de la cama, la jalo de la mano y cae en la cama. Me subo encima de su cuerpo con cuidado de no caerle y miro sus ojos antes de juntar mis labios con los de ella.

Sus manos recorren mi espalda erizando todo mi cuerpo mientras nuestros labios se desean con pasión.

Dejo ir sus labios y descanso mi frente sobre la de ella mientras recupero la respiración.

—¿Quién te dijo que era hoy mi cumpleaños? —le cuestiono mientras miro sus ojos.

—Se le escapo a Theo y Aisha me lo dijo a mi. —asiento sabiendo que tarde o temprano lo descubriría.

—Ya sabía yo.

—¿Te molesta que te haya traído un pastel para celebrarlo? —su voz es en un tono bajo y me mira esperando una reacción de mi parte.

Estos días a estado muy sensible, por lo que tengo que me pensar lo que voy a decirle para que no llore. Ya que verla llorar por mi culpa me rompe el corazón.
—Claro que no, gatita —le sonrío y me acuesto a su lado y la llevo a mi pecho—. Solo que no me gusta celebrar mi cumpleaños, nunca he tenido motivo para celebrar.

—Bueno... —miro su rostro incitándola a continuar hablando— es que tus amigos estan organizando una fiesta sorpresa y yo soy la encargada de llevarte.
Reí y comencé a negar con la cabeza, ya sospechaba que inventarían algo.

—No me gusta celebrar mis cumpleaños —comencé a explicarle—, desde que mamá murió y me fui de Australia nunca había encontrado un lugar al que llamar hogar. En uno de mis viajes conocí a Theo y Dennis, pero eso no estaba con ellos lo suficiente para celebrar como hacen los amigos.

Ella me escuchaba con toda su atención puesta en mi cosa que me alegraba.

»—Hasta que llegué a aquí, y justo hace un año que recibí el mejor regalo de cumpleaños. Tú.

Vi como sus ojos se cristalizan y rodaban unas cristalinas lagrimas por su ojos, que me dedique a besar para que no manchara su dulce rostro.

—Me estás haciendo llorar Edward, eso no se vale. —su queja me hizo reír.

—No llores gatita, me rompe el corazón verte llorar. —asintió aunque sabía que no lo cumpliría.

—Sigue contándome se tu cumpleaños hace un año.

Demandó y como un perrito —o más bien un cangurito— obedecí.

—Theo y Dennis llegaron ese día a despertarme y me dieron una caja. En ella se encontraba mi regalo.

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