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Dian volvió a su caparazón de siempre, ahora estaba peor, ni siquiera le dirigía la palabra desde el incidente, y de eso ya eran dos días, Mark se despidió de su familia y prometió volver en una semana, si no encontraban al mago dentro de ese tiempo volverían.

Su compañero aceleró cuando le dijo que siguiera todo recto, el mago llevaba una ventaja de un mes después de todo.

Mark mordió su labio inferior y no aguantó más.

—Dian, háblame.

—¿Qué quieres que te diga? —Mark suspiró.

—Siento que estás más lejos que nunca y eso es decir mucho —Mark intentó tocarle el brazo y Dian evitó su toque separándose más—. No me rechaces.

Dian lo miró exasperado.

—¿Qué quieres de mí? —Mark se enojó, no podía ser que esto estuviese ocurriendo.

—Tuvimos sexo, no me marcaste, pero pensé que fue especial de alguna forma.

—Olvídate de eso, Mark, no volverá a suceder —gruñó su compañero, Mark lo miró con sorpresa.

—¿Qué?

—Es lo mejor —murmuró, Mark no pudo evitar el gruñido que salió de su boca.

—Eres un cobarde.

—No lo niego.

—Ya veo, sólo querías acostarte conmigo, bien hecho, Dian.

—Sabes que no es así —Mark lo sabía, sólo buscaba una reacción de este hombre, pero no conseguía absolutamente nada de su parte.

—No sé nada, no te conozco, no eres quien pensé que eras.

—Mark …

—Sabía que estar junto a ti me traería más desgracias —Dian dio un golpe en el volante y lo miró enojado.

—Me haces el cambia-formas más feliz del mundo, pero no quiero hacerte daño —Mark gruñó.

—Me haces daño cada vez que abres la boca, me dañas haciendo esto.

—Intenté matarte —murmuró entre dientes.

—Pensé que ya habíamos aclarado ese punto.

—Sí, está aclarado, me alejaré de ti lo más que pueda —Mark apretó la mandíbula y miró hacia la ventanilla, alrededor sólo había árboles y oscuridad.

—Detén el auto.

—Mark.

—Pisa el freno o me tiraré de aquí —Dian apretó los dedos alrededor del volante.

—Eso no te matará

—Pero hará daño y dolerá.

—Bien —Dian salió de la carretera y se estacionó muy cerca del bosque, Mark bajó del auto, dio la vuelta y sacó a Dian de su lugar—. ¿Qué haces?

Mark lo jaló hacia el bosque, lo suficientemente adentro y lo acorraló contra un árbol, Dian se estremeció con el impacto.

—No te alejarás de mí, no permitiré que pase, eres mi compañero, mi otra mitad, no puedes irte ahora —los ojos de Dian se tornaron dorados.

—¿Qué haré cuando te mate? ¡Dime! ¿Crees que podré vivir con esa culpa?

—¡No vas a matarme! Te lo dije.

Mark lo besó profundamente luego de gritarle, este hombre era demasiado terco, Dian se resistió por unos momentos a su toque, pero luego cedió poco a poco, sus manos le rodearon el cuello y su boca se abrió para él, Mark utilizó la lengua para acariciar la contraria y rasgó su camisa, Dian se separó jadeando.

Predestinados IV: Lazos de Familia (AlfaxAlfa)Where stories live. Discover now