1.New Heart

40 5 8
                                    

Me mordía las uñas con bastante nerviosismo y ansiedad. Solté algunos quejidos debido a que mi uñas estaban completamente consumidas por mis dientes.

-¿Familia Hockerman?-Dijo una voz ronca.

Levanté mi vista y apareció en mi campo de visión un señor muy alto, con una bata extremadamente larga y blanca.

Me levanté rápidamente junto a mis padres y lo miramos fijamente.

-Sí, somos nosotros- Respondió mi madre con toda la agilidad que podía tener.

-Por favor, pasen a la consulta.-Dijo serio.

El Doctor se metió en la consulta y nosotros le seguimos apresurados. Nos señaló las sillas que había en frente de su mesa para que tomáramos asiento y así lo hicimos.

Se aclaró la garganta un par de veces y bebió agua.

Estaba apunto de gritarle que se apresura de una vez y no me hiciera pasar este momento lleno de estrés tan innecesario.

Estaba hecha un manojo de nervios que ya no podía aguantar más.

-Bien.-Su mirada Recorrió la nuestra muy profundamente y puedo definir, por la cara que puso, que queríamos que fuera al grano de una vez.

-Es una muy buena noticia.-Añadió con una pequeña sonrisa de lado.

Miré al techo y solté un muy largo suspiro de alivio, agradeciéndole al de arriba.

-Hemos encontrado un donante para ti, Sylvie.

Miró al expediente del donante.

-Él era de tu misma edad y el corazón está en perfectas condiciones, con este, no vamos a cambiarte más de corazón.-Añadió para finalizar.

Por fin había acabado el sufrimiento de estar operándome cada 4 años.

Mi madre me miró entusiasmada con lágrimas de alegría en los ojos.

-Por fin lo has conseguido, cariño.-Me dijo sosteniéndome las manos.

Yo seguía en shock, sin poder asimilar nada de esto.

Pasaron varios minutos hasta que salimos de allí y fui corriendo a la habitación 304.

Es decir, a la de Ian.

-Hey, Hey, ¿por qué tanto apuro, chica?-Dijo extrañado.

-Adivina qué.-Dije Eufórica y cansada.

-Mm, vas a adoptar un pato.

-No, idiota, ojalá.

-¿Entonces?

-Han encontrado un donante para mí, de mi misma edad y con su corazón, no me van a tener que cambiar más.

Se me estaban cayendo las lágrimas de alegría, mientras repetía lo que el doctor me había dicho hacía apenas unos minutos.

-¡QUÉ?-Ian saltó de su cama emocionado por lo que le acababa de contar.

Vino hacia mi dando zancadas y me abrazó, levantándome al aire, cogiéndome la cintura.

-¡Eso es genial, Sylv!

-¡Ya lo creo!

-Ven, vamos a celebrarlo.

-Mis padres y mis hermanos están en la cafetería esperándonos.

Fuimos al ascensor y bajamos hasta la cafetería, donde estaban mis padres.

-Hola Haren.-Le dijo a mi madre con una gentil sonrisa.

Heart ExchangeWhere stories live. Discover now