Me mordía las uñas con bastante nerviosismo y ansiedad. Solté algunos quejidos debido a que mi uñas estaban completamente consumidas por mis dientes.
-¿Familia Hockerman?-Dijo una voz ronca.
Levanté mi vista y apareció en mi campo de visión un señor muy alto, con una bata extremadamente larga y blanca.
Me levanté rápidamente junto a mis padres y lo miramos fijamente.
-Sí, somos nosotros- Respondió mi madre con toda la agilidad que podía tener.
-Por favor, pasen a la consulta.-Dijo serio.
El Doctor se metió en la consulta y nosotros le seguimos apresurados. Nos señaló las sillas que había en frente de su mesa para que tomáramos asiento y así lo hicimos.
Se aclaró la garganta un par de veces y bebió agua.
Estaba apunto de gritarle que se apresura de una vez y no me hiciera pasar este momento lleno de estrés tan innecesario.
Estaba hecha un manojo de nervios que ya no podía aguantar más.
-Bien.-Su mirada Recorrió la nuestra muy profundamente y puedo definir, por la cara que puso, que queríamos que fuera al grano de una vez.
-Es una muy buena noticia.-Añadió con una pequeña sonrisa de lado.
Miré al techo y solté un muy largo suspiro de alivio, agradeciéndole al de arriba.
-Hemos encontrado un donante para ti, Sylvie.
Miró al expediente del donante.
-Él era de tu misma edad y el corazón está en perfectas condiciones, con este, no vamos a cambiarte más de corazón.-Añadió para finalizar.
Por fin había acabado el sufrimiento de estar operándome cada 4 años.
Mi madre me miró entusiasmada con lágrimas de alegría en los ojos.
-Por fin lo has conseguido, cariño.-Me dijo sosteniéndome las manos.
Yo seguía en shock, sin poder asimilar nada de esto.
Pasaron varios minutos hasta que salimos de allí y fui corriendo a la habitación 304.
Es decir, a la de Ian.
-Hey, Hey, ¿por qué tanto apuro, chica?-Dijo extrañado.
-Adivina qué.-Dije Eufórica y cansada.
-Mm, vas a adoptar un pato.
-No, idiota, ojalá.
-¿Entonces?
-Han encontrado un donante para mí, de mi misma edad y con su corazón, no me van a tener que cambiar más.
Se me estaban cayendo las lágrimas de alegría, mientras repetía lo que el doctor me había dicho hacía apenas unos minutos.
-¡QUÉ?-Ian saltó de su cama emocionado por lo que le acababa de contar.
Vino hacia mi dando zancadas y me abrazó, levantándome al aire, cogiéndome la cintura.
-¡Eso es genial, Sylv!
-¡Ya lo creo!
-Ven, vamos a celebrarlo.
-Mis padres y mis hermanos están en la cafetería esperándonos.
Fuimos al ascensor y bajamos hasta la cafetería, donde estaban mis padres.
-Hola Haren.-Le dijo a mi madre con una gentil sonrisa.
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Heart Exchange
Teen FictionTengo 20 años, y padezco del corazón desde que nací, y prácticamente el hospital es mi segunda casa. Me han cambiado el corazón más de 3 veces, ya que me los transplantaron de personas mayores poco funcionales. Mi vida no es muy interesante que se...