2. The operation.

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-Ya verás que todo saldrá bien -Dijo Ian, estaba en frente mía, comiendo un bollo, mojándolo en su café.

Estábamos hablando, estábamos en la cafetería, él estaba desayunando y yo estaba muriendo en mi interior, carcomida por los nervios.

Me mordía las uñas demasiado, hasta el punto de que me sangrasen.

-Venga ya, seguro que no es para tanto.-Se quejó.

-Si que lo es, a ti no te van a operar del corazón, por lo tanto no estás temiendo por si algún médico psicópata, te clava el bisturí en el corazón.

Ian se rió, como si se le fuera la vida en ello.

- Y dale con eso, ¿A quién se le ocurriría hacer eso en una operación?

-Yo que sé, hay de todo.

-Muchas películas viste.-Echó una pequeña risita y siguió con su desayuno.

Cuando terminó, subimos otra vez y nos quedamos intentando relajarme, hasta que vinieron mis padres.

-Sylvie, el médico te espera.

Mi corazón se detuvo en esos momentos.

-Va a salir todo de puta madre, ya verás, pequeña.-Animó Ian.

-Cuando termine la quimio, estaré con tus padres esperándote.-Sonrió esperanzador.

Ian me dio un abrazo y un beso en la frente, dejando claro que todo saldrá bien.

-Vamos, cariño.-Mi madre sonrío tranquila.

Estuve hablando cinco minutos con mi familia, hasta que me llamaron para quirófano.

-¿Lista, Sylvie?

-No lo sé, estoy muy nerviosa.

-Todo, va a salir bien, estás en las mejores manos.

-Gracias, Doctor.

Él me sonrió y me anestesió para que me quedara durmiendo.

***

Haren Hockerman

Tras cinco largas horas de espera, el doctor salió.

-Familia Hockerman.

Me levanté y fui hacia él tan veloz como pude.

-Todo ha salido muy bien, mejor de lo que esperábamos.-Sonrió.

Estaba al punto de tirarme al suelo y llorar de felicidad.

Abracé a Lisandro tan fuerte como pude y me eché a llorar.

Ian también estaba allí, había llegado hace más de dos horas.

-Tienen que esperar a que se despierte y podrán entrar.

-Gracias, muchas gracias.

Sonreí y agradecí al cielo.

Mientras esperábamos otras cuantas horas, fui a por cafés y comida repartiéndolo entre todos.

Cuando terminamos, fui a la calle a fumarme un cigarro y me tomé un sorbo de mi café.

Sylvie Hockerman

Desperté en esa habitación blanca y con un gran ventanal, ya era de noche, no sé cuánto había pasado.

Vi a un chico sentado ahí, enfrente mío.

Heart ExchangeWhere stories live. Discover now