Segundo libro de Gran Prix Mágico. ¡¡NO LEER ESTE LIBRO SIN HABER LEÍDO ANTES EL PRIMERO!!
El Gran Prix Mágico, la competición de magia más asombrosa de todos los tiempos, está a punto de terminar. Sus Doce Elegidos, sin embargo, tienen otras preoc...
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Estuvo claro que Otabek ganaría en los duelos y Yuri en la Danza Elemental, pero fue muy difícil por cómo compitieron también los demás. Aquella prueba les sacó el lado más competitivo; querían destacar como fuese por encima de los demás, a pesar de saber que no eran los mejores en todas las áreas.
Pero, sobre todo, sacó el lado más fiero de Yurio y JJ. Los dos compitieron con velocidad y rabia, casi como si les fuese la vida en ello. No paraban de lanzarles miradas a los demás y de, incluso, esforzarse más de lo que se les exigía.
Para la tercera ronda, no obstante, el pique entre ambos chicos se hizo tan intenso que casi podían sentirse la electricidad entre ellos. Era la prueba que, supuestamente, estaba pensada para JJ, pero Yurio no quería quedarse atrás: elaboraba pociones con tanta presteza y seguridad que casi parecía haber nacido con un caldero entre las manos.
—¿Qué les pasa? —murmuró Yuri para sí, observando el duelo que había entre los dos. Ni siquiera quería adentrarse en aquella pelea; dejando atrás su emoción, se tomó su tiempo para terminar las pociones.
—Creo que... es cosa de Soberbia —respondió Otabek, que también observaba a los otros dos con confusión.
—¿Soberbia? —repitió Yuri, lanzándole una mirada a la jueza, que parecía disfrutar del espectáculo que montaban los otros dos.
—Solira me dijo el nombre de las demás. Imagino que ella es Soberbia.
—¿Y pretende que... nos peleemos para demostrar que somos los mejores?
—No. —Otabek removía lentamente su caldero—. Las pruebas se ganan demostrando que no poseemos esa actitud. Así que imagino que debemos mostrar... ¿humildad?
—¿Y cómo se supone que debemos mostrar humildad aquí?
Otabek se encogió de hombros. Justo en ese momento, los otros dos terminaron sus pociones casi a la vez. Soberbia aplaudió con emoción.
—¿Quién ha ganado? —inquirió Yurio.
—Ha habido un empate.
—¿Y bien? ¿Eso qué significa? —insistió JJ, que sonaba muy molesto.
—Que pasamos a la siguiente prueba. ¡Vamos a ello!
—¡Espera! —gritó JJ, deteniendo a la mujer—. ¡No me parece justo! ¡Quiero repetirlo!
—¿Qué pasa, Rey? —le instigó Yurio, cruzando los brazos y arqueando los labios en una sonrisa maliciosa—. ¿Te duele que te haya superado en tu campo?
—¡No me has superado! ¡Quiero la revancha!
—Podrás conseguirla en la próxima prueba —explicó Soberbia, haciendo desaparecer con un gesto las pócimas y los viales—. Ahora, sí que os enfrentaréis en parejas. Podéis formarlas vosotros. El mejor a tres...