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-¿Así que San hyung?- dijo el pelirosa con una ceja alzada.
Después de encontrar el camino y pasadizo hacía el castillo de Adrenia, ambos hermanos se encerraron en la habitación de Wooyoung, quién no paraba de dar saltitos emocionado por todo lo que vendría en ese mes.
-¡Hyung es que vamos a estar con ellos este mes!-expreso el menor- hay que entrar en confianza y ese Anfair se ve muy amable- dice mientras se quitaba el corset negro y se encaminaba al baño, cerrando la puerta acto seguido su hermano se ubico frente a la puerta- tú también puedes que hacer amigos hyung!
-Sabes que no puedo, es más no podemos, no pensé que te harías "amigo" de ese demonio- suspiró- ni siquiera sabía que seguían existiendo... Espero no te hagas tan cerc-fue interrumpido.
-¿San-hyung es un demonio?- preguntó asomándose ligeramente por la puerta, y al recibir un asentimiento solo despertó más su curiosidad por aquel joven- eso es genial, será el primero que conozca.
-¡Young-ah!- dijo asustado el mayor- no quiero que te pase nada, debemos estar alerta con todas esas especies ahí.
El menor hizo un puchero-Los acabamos de conocer, no deberías juzgarlos hyung.
-Por eso mismo, los acabamos de conocer- dijo posando su mano en el hombro ajeno- te pido que seas cuidadoso, no quiero que te ocurra nada plumitas.
-Nada va a pasar hyung- dijo comprensivo, su hermano al ser el mayor desconfiaba mucho y lo protegía, si estuviera en su lugar se comportaría parecido- dales una oportunidad, esto es lo que necesitas para distraerte, unas buenas aventuras en mar abierto.
-Wooyoung- dice mientras se rendía en seguir insistiendo, su menor puede ser muy terco.
- Hwanwoong-hyung~ miraba expectante tratándo de convencerlo.
- Bueno...- dice suspirando pesado- quizá una pequeña distracción no iría tan mal...
Y solo esa frase bastó para que el otro ángel volará emocionado por toda la habitación, mientras repetía un "Gracias" muy animado.
En que se había metido
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𖧷𖧷𖧷
- "Nos vemos mañana San-hyung"- dijo imitando la fina voz del ángel mientras enredaba sus propios dedos- no sabía que eras amigo de aquel príncipe San.
-Mingi- tomó el antebrazo del peliblanco- cállate.
-Owww de seguro nuestro diablito hizo un amigo.
-Mingi te lo advierto, no me-
-Has estado tan solito te vendrá bien la compañía de aquella bolita de plumitas, quién sabe quiz-
-Mingi, guarda silencio- detonó demandante.
- Nunca
- Pero que hij- atino a perseguir al chico mientras los demás veían divertidos la escena.
Parecía que se odiaban y fastidiaban a diario, pero solo daban más alegría a aquel lugar.
Fue un día extraño, nadie lo negaba, pero raramente esperaban que se repitiera, deseaban que cuando el sol saliera y la noche acabé, esas blancas nubes reemplazaran a las extrellas.
Querían las pertenencias de los nobles, no la presencia de ellos...
¿Correcto?
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