Emparchado

9 0 0
                                    

  "Muy intenso", "piensas demasiado"; degradar la voz de mi alma a una broma.
Los suspiros que le le siguen a esas palabras no son otro que el traqueteo de mi pecho lleno de los pedazos de mi corazón. Piezas erráticas cayendo aquí y allí; algunas son difíciles de volver a encontrar cuando rebotan hacia esos recovecos que la luz no toca. O quizás mi vista está cansándose.

  Nuevamente debo sentarme y rearmar el puzzle. Precisión quirúrgica, aunque mi motricidad fina siempre ha sido torpe.

  La imagen final siempre está cambiando. Nunca vuelvo a ver el mismo paisaje cuando termino.   Sin embargo, lo que es constante son esas costuras visibles ---un cielo de parches, una tierra en mosaico. Me gusta hacer de cuenta que todas esas piezas que llevo dentro son mis acompañantes en días como este. Pueden desarmare, pueden cambiar de forma, pero nunca se van, y nunca me hacen dudar que pertenezcan al sitio que mi pecho les ha asignado.

De la Carne Blanda y el Alma ResecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora