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Elizabeth's pov:

-Te amaron. - Murmuré al teléfono. - Hubiese preferido que te quedes.

-Sabes que alguien debía cuidar mi casa, y Vanessa llegará tarde. - Murmuró. - ¿Qué traes puesto?

-Oh, no. - Dije rápidamente. - Están mis hermanas, no puedo ponerme a jugar a ésto ahora.

-Anda, muestrame algo. Sé que quieres.

-Claro que quiero. - Dije rápidamente. - Pero no podemos...

Scarlett bajó la cámara y vi su torso desnudo por completo. Volvió a enfocar su rostro y me dedicó una sonrisa antes de bajar más la cámara.

-Joder... - Murmuré. - Quiero ver mejor... - Dije con la voz algo ronca y comenzando a quitar mi camiseta.

-Quiero que te quites el sujetador, déjame verte.. - Suplicó Scarlett y yo obedecí rápidamente cegada por el deseo y la sensualidad que se había creado en la atmósfera.

-¿Lizzie? - Mi hermana abrió la puerta, me observó y la cerró de golpe. - ¡Lo lamento! - Gritó y yo me quedé quieta. Sonrojada y avergonzada. - ¡Pon seguro a tu puerta!

Me recosté en la cama nuevamente y escuché la risa de mi novia comenzar a sonar en la habitación por la llamada.

-Oh, Dios. Que vergüenza. - Continuó riendo.

Me vi contagiada por su risa y comencé a reír también. Luego de un par de minutos soltando risotadas que resonaban por toda mi habitación comenzamos a calmarnos poco a poco.

-¿En qué estábamos? - Preguntó Scarlett.

-Voy a cerrar la puerta. - Murmuré.
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-¿Qué tan doloroso es el amor? - Pregunté a la clase. Todas levantaron la mirada, incluida Scarlett. - El relato anterior narra la historia de ambos jóvenes enamorados, pero que sin embargo no podían amarse por sus familias. ¿Qué tan mal se sentirían en esa situación?

-¿Si nuestro mayor amor fuese prohibido? - Preguntó Sofía.

-Así es, si se les fuese prohibido o arrebatado. En una época claramente más medieval que ésta, con pensamientos retrógrados y agresivos.

-Yo me muero. - Dijo rápidamente Margot Robbie. Me sorprendió mucho, ya que ella no suele ser participativa. La observé fijamente.

-Explícame. - Dije esperando que siga participando de la clase antes de disociarse. Me senté sobre mi escritorio cruzando mis piernas cubiertas por un pantalón de tela negro, crucé también mis brazos sobre mi pecho.

-Bueno pues, me refiero a... Estoy enamorada actualmente, muchas aquí lo saben. - Murmuró. - Mi novia es... La mujer con la me proyectó para un futuro y... El sólo imaginarme que no estaré con ella hace que tenga ganas de desaparecer, suena inmaduro, pero a la vez es sincero... No podría olvidar a alguien a quien amo tanto.

Todas concordaron luego de darle un par de segundos en silencio a aquella reflexión.

-Toda la razón, Margot. Muchas gracias por compartir ésto con la clase. -Me levanté y caminé hasta el pizarrón. - A finales de año, presentarán su último trabajo sobre ésto, y será una calificación regalada. - Murmuré sonriente y las chicas comenzaron a reír. - Ahora se ríen, pero es verdad. Escribirán un ensayo... - Comenzaron a quejarse. - No, no. - Dije y se detuvieron. - No más de veinte líneas, donde me expliquen esta pregunta... - Murmuré comenzando a escribirla. - "¿Por qué el amor es tan corto y el olvido tan largo?" - Pregunté y ellas se observaron fijamente. - Quiero que vivan un amor, y me expliquen, y si ya lo vivieron, entenderán.

La campana sonó y les sonreí.

-Pueden retirarse. Recuerden ésto. Gracias. - Murmuré comenzando a ordenar mis cosas.

Las chicas salieron rápidamente pues entendí que la cafetería hoy tendría pizzas.

-Buen día, maestra bonita. - Murmuró mi novia delante mío cuando estábamos solas en el salón.

-Buen día, mi amor. - Murmuré besando cortamente sus labios. - ¿Todo bien?

Ella asintió y observó el pizarrón.

-Rompeme el corazón. - Dijo rápidamente. La miré extrañada.

-¿Qué dices? - Pregunté antes de soltar una risita.

-Que me rompas el corazón. - Murmuró. - Quiero poder escribir un buen ensayo sobre lo largo que es el olvido. - Bromeó pasando sus brazos por mi cuello. Tomé su cintura y la pegué al escritorio.

-Lo que menos quiero romperte es el corazón. - Murmuré en un tono sugerente antes de besarla con suavidad. - La otra semana mis hermanas están de cumpleaños, y haremos una pequeña celebración, llegan mis padres. Invité a Robert y... Quería saber si... Te gustaría ir.

Ella me observó nerviosa y tardó en contestar, sin embargo aceptó.

-¿Qué debería usar y regalarle a tus hermanas?

-Mary Kate ama los perfumes, tiene muchísimos, los guarda como una loca. - Dije rápidamente. - Ashley por su lado es más de carteras, muy fan.

-Okay, ¿y qué uso? Conoceré a tu madre. ¿Me vas a presentar como tu novia?

-Eso somos, ¿no?

-Sí. - Dijo nerviosa. - Oh, Dios. Oh, Dios...

-Cariño, relájate. - Murmuré. - Se tu misma, ponte algo lindo y cómodo y ya está.

-¿Vestido es mucho? - Preguntó insistente.

-¿Quieres usarlo? Adelante. Es tu decisión, amor. Mamá no juzgará lo que lleves, juzgará que me ames. - Murmuré burlona. - Pero si ve que soy feliz a tu lado, te amará.

Scarlett asintió algo nerviosa antes de pegar su rostro a mi pecho.

-Me asusta ésto de tener suegra, sin embargo... Me gusta ser tu novia y... Me gusta que todo sea tan serio.

Solté una risita y acaricié su rostro dejando suaves besos sobre su nariz.

-Bien, te amo. Nos vemos luego.

Ella asintió dándome un último beso y saliendo del salón.
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-¿Entonces crees que le guste? - Pregunté a Robert enseñándole el regalo que había elegido para Ashley.

-Considero que deberías presentarme a tu hermana y darme como regalo, tal vez eso sería mejor que...

-No te vas a acostar con Ashley, superalo. - Gruñí. - Deja a mis hermanas.

-¡Es linda! ¿Qué quierea que haga?

-¡Buscarte otra!

Ashley abrió la puerta y guardé rápidamente su regalo.

-Hey, hola. - Nos sonrió y Robert parecía estar en celo. Le pegué una patada y él gruñó levemente.

-Atrévete y voy a romperte el cuello. - Susurré.

-Puedo gustarle, no impedirás nuestro amor. - Gruñó él y yo giré los ojos.

-¿Cómo te fue? - Pregunté rápidamente ignorando a mi mejor amigo.

-Excelente. Está todo listo para el cumpleaños y... Bueno, espero que vengas. - Murmuró observando a Robert.

-¿Yo? Sí, claro. Yo... Sí, vendré. - Dijo nervioso. Mi hermana sonrió y él aclaró su garganta antes de despedirse. - Bien, debo irme. Nos... Nos vemos.

Salió huyendo de mi departamento.

-Es lindo. - Murmuró Ashley.

-Atrévete y lo asesino. - Dije rápidamente.

Ella soltó una risita antes de besar mi mejilla e irse a su habitación.

Dios, no quiero sobrinos con el insoportable rostro de Robert, serían muchos pequeños Robert inquietos. Tengo suficiente con uno.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Qué tal?

-Codex.

Desobediencia ; scarzzie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora