¡¡ Soy Ron Weasley!!

Capitulo 5

A la mañana siguiente visualice a los chismosos que señalaban a Harry y hablaban con lo que parecía discreción, aunque no funcionaba la verdad, podiamos oirlos

-- Allí , mira.
-- ¿Dónde?
-- Al lado del chico alto y pelirrojo.
-- ¿El de gafas?
-- ¿Has visto su cara?
-- ¿Has visto su cicatriz?

Los niños se asomaban para observar , se daban la vuelta por los pasillos, paraban en las escaleras.

Eran unos acosadores totales

Joe si que estaría orgulloso

Fuera de todo eso, el castillo era fantástico, había 142 escaleras, algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenían un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después, había puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas. También era muy difícil recordar dónde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Las personas de los retratos seguían visitándose unos a otros, y Harry me comentaba que estaba seguro de que las armaduras podían andar.
 
A pesar de lo que pensaran los demás los fantasmas también eran extraordinarios, quizás a mi me gustaban por que en mi otra vida  nunca había visto uno  a excepción de películas. Por eso no me molestaba que se deslizaran súbitamente a través de la puerta que se intentaban abrir. Nick Casi Decapitado era amable, también el fraile gordo de Hufflepuff. Sin embargo el que se convertia en un fastidio era Peeves el duende se encargaba de poner puertas cerradas y escaleras con trampas en el camino de los que llegaban tarde a clase. También  tiraba papeleras a la cabeza, corría las alfombras debajo de los pies del que pasaba, tiraba tizas , se deslizaba por detrás, cogía la nariz de alguno y gritaba: ¡TENGO TU NARIZ!.

Quizas el le robo la nariz a Voldemort 

Con harry lamentablemente nos habíamos topado con Filch el celador y su gato la señora Norris  cuando intentábamos abrir una puerta cerrada ,que con mi mente de pollo tarde recordé que era la puerta prohibida del tercer piso, nos grito bastante tiempo que nos encerraria en los calabozos a pesar de las explicaciones mías y de harry. El profesor Quirrell nos salvó, sin embargo yo ya sabía que no era tan bueno como aparentaba asi que secamente le di las gracias.

Por otro lado la magia era desafiante no era solo agitar la varita y decir hechizos al azar como idiota , teniamos que estudiar para que servia cada uno y la forma correcta de decirlo y agitar la varita. Yo ya había ensayado varios hechizos a solas de los libros de mi hermanos así que no estaba tan mal, exceptuando tal vez por Seamus el cual hacía explotar casi todo. Tome precauciones con el y me sentaba lo más lejos que podía, no podía perder un ojo o algo.

Teníamos  que estudiar los cielos nocturnos con nuestros telescopios, cada miércoles a medianoche, y aprender los nombres de las diferentes estrellas y los movimientos de los planetas. Tres veces por semana ibamos a los invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con una bruja pequeña y regordeta llamada profesora Sprout, y aprendíamos a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para qué debían utilizarlas.

La asignatura más aburrida era Historia de la Magia, la única clase dictada por un fantasma. El profesor Binns ya era muy viejo cuando se quedó dormido frente a la chimenea del cuarto de profesores y se levantó a la mañana siguiente para dar clase, dejando atrás su cuerpo. Binns hablaba monótonamente, mientras escribía nombres y fechas, y hacía que Elmerico el Malvado y Ulrico el Chiflado se confundieran y fueran las personas más tediosas del mundo.

El profesor Flitwick, el de la clase de Encantamientos, era un brujo diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la primera clase, sacó la lista y, cuando llegó al nombre de Harry, dio un chillido de excitación y desapareció de la vista.