Capitulo 6

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Luego de nuestro hermoso momento en pociones , evité el accidente de Neville  así que no tuvo que ir a la enfermería. La clase pasó en un silencio casi sepulcral. Al finalizar fui el único que realizó la poción para curar  forúnculos de forma perfecta. Snape me observó fijamente cuando se la entregue y a regañadientes me dio un punto.

Me regocijé con la cara de malfoy y sus secuaces. Hermione estaba roja de ira y envidia y al salir del aula susurro.-- No es gusto eres un mago.-- La observe como si fuera estúpida

-- Yo pensé que era un elote volador.-- Apretó lo dientes con fuerza

-- Yo si me esforce el punto no debió ser para ti.-- rebatió

Le di una sonrisa.-- Pues al parecer no lo suficiente “menos un punto”.--  recalque. Luego de eso me gire y espere a Harry para dirigirnos a la cabaña de Hagrid.

Hagrid vivía en una pequeña casa de madera, en el borde del bosque prohibido. Una ballesta y un par de botas de goma estaban al lado de la puerta delantera. Tocamos la puerta y escuchamos la voz de hagrid -- Atrás Fang.--

Nos dejó entrar, tirando del collar de un imponente perro negro. Había una sola estancia. Del techo colgaban jamones y faisanes, una cazuela de cobre hervía en el fuego y en un rincón había una cama enorme con una manta hecha de remiendos.

—Están en su casa —dijo Hagrid, soltando a Fang, que se lanzó contra mí y comenzó a lamerme  las orejas. Como Hagrid, Fang era evidentemente mucho menos feroz de lo que parecía.

—Éste es Ron —dijo Harry a Hagrid, que estaba volcando el agua hirviendo en una gran tetera y sirviendo pedazos de pastel.

—Otro Weasley, ¿verdad? —dijo Hagrid, mirando de reojo las pecas de Ron—. Me he pasado la mitad de mi vida ahuyentando a tus hermanos gemelos del bosque.

-- Es mi calvario eterno-- bromee. Hagrid nos dio un pastel tan duro como el cemento, fingimos que nos gusto por cortesía

Pasamos la tarde hablando de todo lo referente a sus primeras clases y el trabajo de Hagrid.  Hasta que harry  vio el periodico:

                         El Profeta
Continúan las investigaciones del asalto que tuvo lugar en Gringotts el 31 de julio. Se cree que se debe al trabajo de oscuros magos y brujas desconocidos. Los gnomos de Gringotts insisten en que no se han llevado nada. La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día. «Pero no vamos a decirles qué había allí, así que mantengan las narices fuera de esto, si saben lo que les conviene», declaró esta tarde un gnomo portavoz de Gringotts.

—¡Hagrid! —dijo Harry—. ¡Ese robo en Gringotts sucedió el día de mi cumpleaños! ¡Pudo haber sucedido mientras estábamos allí!-- Hagrid el maestro de lo obvio evitó su mirada. Para ahorrarle la situación distraje a Harry ,mencionando las clases de Quidditch y los modelos de escobas.

Llegó el día Jueves y con horror Harry descubrió que nos tocaba con Slytherin, lo palmee para reconfortarlo. Malfoy se la pasaba molestando y diciendo que era un experto en vuelo. En el comedor Malfoy le quitó la recordadora de Neville, la aparición de la profesora McGonagall vino de maravilla.

Salimos hacia afuera y observe a varias escobas en el suelo

-- Toma Neville.-- le tendi una pulsera de protección.-- Es de la tienda Magic del callejón diagon.-- Me agradeció con la mirada

Gracias a ti 

La tienda se había abierto y estábamos repletos según las cartas de Thomas el administrador. Había pensado en lanzar escobas en mi tienda, ya que había varía demanda en el mercado sobre ellas y la nueva nimbus 2000.

La voz de la profesora, Hooch. Me sacó de mis pensamientos  

—Bueno ¿qué estan esperando? —bramó—. Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.

Observé que mi escoba era vieja y algunas de las ramitas de paja sobresalían formando ángulos extraños.

Cuánta seguridad 

—Extiendan la mano derecha sobre la escoba — indicó la señora Hooch— y digan  «arriba».

—¡ARRIBA! —gritaron todos.

La escoba de Harry  y la mía saltaron de inmediato en nuestras  manos, pero fuimos unos de los pocos que lo consiguió. La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo y la de Neville no se movió en absoluto. Sumándole a ello había un temblor en la voz de Neville que indicaba, demasiado claramente, que deseaba mantener sus pies en la tierra.

Luego, la señora Hooch nos enseño cómo montarnos  en la escoba, sin deslizarse hasta la punta, y recorrió la fila, corrigiendonos  la forma de sujetarla. Harry se alegró muchísimo cuando la profesora dijo a Malfoy que lo había estado haciendo mal durante todos esos años.

—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, den una fuerte patada —dijo la señora Hooch—. Mantengan las escobas firmes, elevence un metro o dos y luego bajen inclinándose suavemente. Preparados... tres... dos… 

Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato. Luego todo fue un caos, su escoba se elevó varios metros , los gritos de horror no tardaron en escucharse, Neville se ladeó y cayó. Sin embargo no llegó al suelo la pulsera se transformó en una burbuja y amortiguó su caída. Fue algo impresionante de ver sin embargo Neville igualmente se rompió la muñeca, ya que al bajarse de la burbuja se cayó al suelo por el miedo.

La profesor Hooch se dirigió a la enfermería con el pobre Neville no sin antes indicarnos que no hiciéramos volar las escobas o seríamos expulsados.

¡¡ Soy Ron Weasley!!Where stories live. Discover now