Capítulo Cinco

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Son las nueve de la noche y Draco se siente realmente apagado.

Ha visto una película de Navidad en Netflix y ha llorado un poco con el final, decidió que podría ser un buen momento para continuar con su proyecto de arquitectura telemático. Draco termina unos planos que ha diseñado y se lo envía a sus trabajadores, quienes muy amablemente le contestan casi siete minutos después.

Tiene mucho tiempo libre, así que hace un par de llamadas a su empresa (porque Draco es jefe de una importantísima empresa de arquitectura) y se dedica a hablar con su madre durante una hora y media. Ella lo calma y le dice que es normal sentir miedo de que Scorpius crezca y ya no llegue a necesitarlo tanto, pero que necesita aceptar que cada día que pasa su cachorro está madurando.

Termina tomando y apuntando un par de consejos en un post it color amarillo pastel; una receta que su madre ha descubierto para que el pollo asado quede más jugoso y algunas direcciones de buenas guarderías. Cuando se despide de su cariñosa y atenta madre, Draco se siente mucho mejor.

Draco piensa que tal vez ha estado siendo demasiado paranoico y pesado con Scorpius y Harry, tal vez ambos necesitan más espacio y que Draco no esté tras ellos como una pegatina.

Cuando Harry y Scorp llegan a casa, Draco está en pijama; una sudadera muy holgada de Harry que cubre sus muslos, unos pantalones de algodón de pijama de cuadros rojo y unos esponjosos calcetines. Draco se ha preparado una buena taza de té en su taza rosa y tiene su portátil sobre sus muslos, con sus bonitas gafas sobre el puente de su nariz.

Sus dos alfas llegan cansados a casa. Scorpius está derrotado después de haber pasado un maravilloso momento lanzándole mandarinas al pobre Mike. Harry y Ron han pasado mucha vergüenza porque Mike resulta ser alfasexual, así que ellos le han comprado a Mike un pastel en el supermercado y lo han invitado a un café como disculpas. Por supuesto, Scorpius ha pedido disculpas a su manera, entre chillidos y balbuceos.

"Heey, hola." Draco sonríe con cariño al ver a sus alfas cansados.

El hogar es cálido y el sofá se ve muy apetecible a ojos de Harry; su precioso y deslumbrante omega está ahí, vistiendo su ropa, con esas encantadoras gafas y con la sonrisa más cariñosa y amorosa que haya existido jamás. El alfa se desploma en el sofá con Scorpius en brazos, el cachorro bosteza cansado.

Draco acaricia el pelo de Harry con su pequeña mano, el alfa ronronea y cierra los ojos. El omega besa la sien del moreno y después sus labios.

"Iré a prepararte más té, tal vez tú y Scorp queréis ver algo en la televisión." Susurra Draco, sin querer alzar mucho la voz por si su alfa tiene dolor de cabeza. Harry suele tener migraña muchas veces. "Iré a terminar esto al estudio, cariño."

Pero cuando Draco trata de separarse del pesado cuerpo de Harry y levantarse, su alfa y su cachorro se lo impiden. Scorpius logra trepar por su sudadera y esconde su cabecita en el cuello de Draco. Los fuertes brazos de Harry lo enrollan y lo apegan más a él, Draco queda abrazado por sus su gran alfa y su pequeño cachorro.

"No te vayas, quédate aquí conmigo." Pide Harry con voz rasposa, cansado y adormilado.

Eso hace que el corazón de Draco dé un vuelco. Sus feromonas salen, felices y suaves. Harry ronronea y hunde su nariz en la tierna carne del cuello de Draco, Scorpius lo está olisqueando en el lado de su derecha.

"Te he echado de menos." Murmura, y besa la marca que Draco tiene en su cuello. "Te he notado angustiado."

Draco sonríe.

"Yo también te he echado de menos." Murmura, y besa el cabello de Harry. "Y a ti también, mi amor." Arrulla a su bebé, quien bosteza de manera aguda.

Al cabo de diez minutos, la familia está absolutamente dormida. Scorpius duerme plácidamente y Harry y Draco están a punto de acompañarlo también en el sofá.

"Harry..." Balbucea Draco, al borde del profundo sueño.

"Mmh."

"¿Compraste... los pañales?" A estas alturas le cuesta formular una frase coherente.

Harry guarda silencio. Draco cree que se ha dormido, pero antes de que pueda volver a llamarlo su alfa gime cansado y se remueve;

"Mierda, los tiene Ron."

Draco gime en protesta. "Pero Harry..."

Su alfa vuelve a acomodarse sobre el blandito y cálido cuerpo de Draco. "No te preocupes." Murmura, más bien balbucea. "Ya se nos ocurrirá algo."

Pañales Para Draco [harco] [Tercer Libro]Where stories live. Discover now