Anatomy ➝ Mihyun

capítulo uno

Dahyun tomó sus cuadernos y su bolso cuando el timbre anunció por terminada la clase de filosofía.

"Al fin" Pensó y se permitió dejar escapar un suspiro mientras caminaba hacia la puerta de la habitación para adentrarse a los pasillos poblados por estudiantes, sintiéndose solo un poquito libre –ya que ahora solo faltaba una hora más para acabar con las clases del día.

Cada vez las clases del profesor de filosofía se hacían más y más largas. No es una de sus materias favoritas (de hecho casi ninguna lo es, hasta el último momento sigue preguntándose por qué había escogido el bachiller de ciencias, arrepintiéndose por el peso de todos los días), por lo que ella prefiere entretenerse viendo las manecillas del reloj, viendo también su teléfono -a infraganti porque no era permitido el uso de celulares durante las clases-, o hasta prefería adelantar las tareas pendientes que escuchar el parloteo del profesor. Sabía que era una materia que requería prestar mucha atención para desarrollar las asignaciones, pero tenía un trato con su mejor amiga, Chaeyoung, sí, pasarse las tareas (¿Qué? Debían aprovechar que compartían clases en varias materias), por lo que aquella clase estaba completamente salvada ese año si estudiaba lo suficiente en los últimos exámenes.

Caminó hacia el laboratorio del instituto, feliz de que biología sea la última materia que tenía en el día y por fin llegar a casa, reponer sus horas de sueño, o tal vez jugar algún videojuego, las prácticas de piano las dejará para otro día -hoy estaba cansada como para seguir sentada una hora más con los brazos completamente rígidos en las teclas.

Fue la primera en llegar al laboratorio, sonrió al sentirse privilegiada por ser la primera de todos sus compañeros en ver a la profesora de biología.

Allí estaba ella, la magníficamente hermosa profesora Myoui Mina, sentada tan elegantemente erguida en su escritorio (como una poderosa reina en su trono), revisando unos papeles que deberían ser trabajos de los demás estudiantes. Dahyun cargaba su sonrisa tonta saludando a la profesora con las buenas tardes mientras pasaba por la habitación con innumerables reverencias torpes. Mina solo levantó sus ojos hacia ella, sus lentes cayendo por el puente de su nariz, dándole por un pequeño segundo una sonrisa sutil a su estudiante. ㅡ Dahyun-ssi, buenas tardes.

Ella saludó y volvió su atención a los papeles, el corazón de Dahyun se apresuró así como su pies hacia su puesto mientras dejaba todas sus cosas en la larga mesa donde estaban algunos instrumentos de laboratorio sobre ella - así como por todos los rincones del lugar -, recordando que a Mina no le gustaba que los estudiantes dejarán sus mochilas en las mesas, dejando su mochila a los pies de la silla en el suelo.

Dahyun empezó a admirar por millonésima vez la belleza de su profesora, apoyando su cabeza en su mano, con un suspiro enamorado. Vio como el pequeño flequillo del cabello suelto de Mina caía por su frente interrumpiendo un poco la vista de su ojo izquierdo, pero ella no lo apartaba, vio el pequeño lunar más retocado en su nariz, luego pasó por sus labios ligeramente abiertos y levantados haciendo suaves movimientos mientras la mujer leía en voz casi inaudible los documentos, el rojo cereza se veía tan bien en sus labios semiabiertos y Dahyun amaba sus lentes de lectura que caían por su nariz tan elegantemente haciéndola ver mucho más atractiva a cualquier ojo.

Dahyun acomodó sus propios lentes redondos cuando sintió el calor en sus mejillas. "Ah, es tan atractiva, incluso con ropa simple se ve tan bien." Pensó admirando el simple outfit de la profesora -que podría usar cualquier otra persona, solo que a la mujer se le veía mejor- una camisa blanca con saco y falda del mismo color azul, el último atuendo llegando casi a lo revelador.

Dahyun seguía mirando como una loca hormonal enamorada a la profesora mientras que los demás estudiantes entraban para comenzar la última clase.

Mina alzó su mirada varias veces en esos minutos, Dahyun, en su hipnotismo, no se daba cuenta de que Mina también la estaba observando, aunque su corazón revoloteaba cada vez que Mina hacía contacto visual con ella y le regalaba una sonrisa cada vez más ancha.