Anatomy ➝ Mihyun

capítulo siete

Realmente no está lista para nada, ¿querer estarlo, en primer lugar, sería lo correcto?

Por supuesto que no.

Dahyun solo es una estudiante –que a duras penas conseguirá graduarse ese año–, una joven inexperta, y la mujer que esta frente suyo es su profesora. Una adulta, responsable, una guía y ejemplo para otros jóvenes y una gran compañera para los demás docentes, ¿por qué haría algo tan fuera de lugar para dañar su reputación como profesora y como persona moral? ¿Qué dirán esas personas que admiran a la mujer (incluyéndola)?

Sabe que Mina no dejaría de lado años de arduo trabajo para ayudarla a disminuir su calentura, ni debería de pensarlo dos veces cuando la respuesta es un absoluto no. Ella solo está delirando, que alguien le aleje de esos pensamientos.

Sabe a la perfección que estaría super mal si quisiera hacer un movimiento, incluso aunque lo éste deseando mucho, ella no podría perjudicar tanto a la mujer frente suyo, ya cuando su simple mirada de loca enamorada puede arruinarla por si sola, ella no puede añadirle más peso a la mayor, incluso si se siente aplastada y asfixiada por si sola. Y, por eso, Dahyun sigue odiando tener estos sentimientos y no poder hacer absolutamente nada para calmarlos, se dio cuenta que está bien, es normal, pero siguen molestándola de diferentes maneras y ella cree que en cualquier momento ‒que muy lejos, no está‒ puede explotar.

Está cansada de sentirse tan mal. En cualquier otra situación se largaría a su hogar, pero cree que se siente mucho más cómoda aquí en los brazos de Mina que en otro lugar, muy a pesar de que la mujer que la abraza sea el principal problema. Algo ha aprendido al menos, a no huir de Mina. ¿Dejará de huir de sus sentimientos? Siente que todo se repite una y otra vez, cómo si existieran siempre un problema, y al terminar uno, automáticamente ocurre otro. Está cansada...

Por otra parte, Mina tiene una idea de lo que está sucediendo en este preciso momento con Dahyun, se lo explicó de muchas maneras, le dio consejos, la hizo sentirse bien con su cuerpo, consigo misma y con lo que piensa, así que no debería sorprenderle las acciones de Dahyun que ocurrirán a continuación, después de todo, esta es su primera vez hablando de estos temas con alguien, y está ansiosa y no sabe qué debe hacer, otra vez, necesita que alguien (Mina) la ayude. Y Mina quiere hacerlo, simplemente lista no está para esto. Y Dahyun no dejará de buscar esa guía en ella, la orientación que la mujer dio con mucho gusto desde el principio, ¿estaría mal echarse para atrás? ¿quiere hacerlo?

Los pensamientos de Mina están muy confundidos, y ella no quiere dar ese primer paso, tampoco quiere suponer muchas cosas, ella podría estar equivocándose, no puede leer mentes. Algo le dice que necesita esperar a Dahyun, no quiere adelantarse a ella, Mina quiere caminar junto a la menor en esto.

Dahyun tomó valor otra vez, no le pregunten de dónde sale, porque ella no lo sabe, simplemente se atreve a actuar. Obviamente, aún tiene miedo, sabe que no es lo correcto, pero siempre hay un sentimiento más fuerte que todo lo demás, ¿podría ser llamado curiosidad? Dahyun quiere saber todo lo que piensa Mina al respecto, a lo largo de los días ese ha sido su mayor preocupación, llevando gran parte de su concentración ¿Qué piensa Mina sobre esto?

—¿En qué pensó cuando le pedí ayuda...? —Dice Dahyun, el color de sus mejillas no ha vuelto a la normalidad desde hace un buen tiempo, se sienten calientes.

(A Mina le gusta, porque su piel es lechosa, y puede ver con perfección cuando Dahyun se avergüenza, con sus mejillas y orejas teñidas de rojo).

—¿Eh?

La repentina confusión total de la mayor la deja más preocupada, a pesar de que, hace pocos días atrás, era una experta en terminar las oraciones de una tímida Dahyun que, a duras penas, podía hablar (con tartamudeos y farfulleros de por medio) cada cinco minutos con la ayuda de Mina. Puede decir que extraña a esa Mina, pero Dahyun también debe valerse por sí misma en estos momentos, más cuando al parecer la nerviosa en esta ocasión es ‒inexplicablemente‒ Myoui Mina.