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Me desperté con un leve dolor de cabeza por la resaca. Estaba muerta de sed, asi que me levant cuidadosamente para no molestar a Kie que seguía durmiendo a mi lado. Fui a la cocina y me servi mi vaso. Me quedé observando a Pope durmiendo en el sofa cama junto a JJ que estaba con la boca abierta y se le caia la baba. Eran adorables. Entonces una voz me sorpendió.

-Veo que estas despierta, no recuerdo que fueras tan madrugadora

-No eres el más indicado para hablar Jonathan

-Cuantas veces te tengo que decir que no me llamo así

-Diculpeme señorito.-y me agache en forma de reverencia.

-Eres idiota- me dijo señalandome.

Entonces salimos al porche para no molestar a los que estaban en el comedor durmiendo. Estuvimos hablando de la noche anterior. El pecoso me explicó que había ligado con un par de chicas de las cuales no recordaba sus nombres. Había estado hablando un rato con ellas, y luego tal vez llegaron a algo más que palabras. La verdad es que no me costaba de imaginar, John B era un chico muy atractivo y adorable. Era el tipico chico con el que todas las chicas querrían estar. Después de que Jonh B me comentara sus ligues de anoche, mi padre me llamó. Al parecer iba a irse un par de días a uno de esos viajes a la ciudad para ir a buscar los productos de Heyward y necesitaba que le hiciera un favor. Me marché sin despedirme de mis amigos porque seguían durmiendo, eran como marmotas.

-¿Nos vemos luego?. me dijo Jonh B mientras me abrazaba

-Claro que si, procura no echarme mucho de menos

-Mhm, sera complicado

Al despedirme de mi único amigo despierto, fui directa a mi casa. Al llegar a casa me encontré con mi padre acabando de cargar sus cosas en el coche. Estaría fuera un par de dias, al parecer necesitaba que fuera a casa de los Cameron a dejarle un par de cosas a Ward Cameron, se ve que le dijo que le dejaria un par de baterias que necesitaba para los dias que mi padre estuviera fuera porque se les había estropeado algo, hasta que mi padre volviera que se lo arreglaria. Me dió la dirección y salí hacia allí después de despedirme de mi padre.

Estuve bastante rato caminando hasta llegar a la casa de los cameorn, ya que los kooks vivian en la parte norte de la isla, y estaban practicamente en la otra punta. Al llegar me quedé alucinada, obviamente no era la primer vez que estaba en la zona norte, pero desde que volví si que lo era. Aquello había cambiado bastante, todo era muchisimo mejor. Las casas eran enormes, todas con sus jardines propios y enormes ventanales y con más de dos pisos. Me paré frente a la casa de los Cameron que sin duda era la más grande. Entré en el recinto y tenían gente trabajando en el enorme jardin que volteaba toda la casa, y me dispuse a llamar a la puerta.

Me abrió una chica de mi edad, rubia, muy guapa.

-Hola.-me saludó confusa

-Hola, em, ¿el señor Cameron?

-¿Eres de por aquí?

-Si bueno, me he criado aquí pero me mudé hace unos años y ahora he vuelto.

-¿Has vivido fuera? Mola, soy Sarah, la hija de Ward- me tendió la mano en forma de saludo y me sonrió.

-Rory.- y le acepté el saludo.

Me invitó a pasar, estuvo haciendome algunas preguntas sobre mi, entonces le expliqué que mi padre trabajaba para su familia y me había enviado a mi para entregarle un par de cosas a su padre. Ella conocia a mi padre, al parecer le caía muy bien, me explicó que muchas veces se quedaba hablando con él en sus descansos y que le había hablado de mi en ocasiones. Pasamos un rato agradable charlando, la verdad e sorprendió la facilidad de aquella chica para socializar, es decir, ella solo había oido hablar de mi alguna vez por mi padre, y me acogió de una manera muy agradable y rapida con sus conversaciones.

-Bueno, no quiero retenerte aquí que tendrás cosas que hacer, iré a avisar a mi padre de que has venido.

-Esta bien tranquila.- entonces subió aquellas inmensas escaleras en busca de su padre.

Me quedé allí observando la grandeza de aquella casa, la decoración era preciosa, de tonos blancos y grises, se veia muy fino. Hasta que una voz me sacó del trance.

-¿Puedo ayudarte en algo?

Yo estaba de espaldas hacía él, pero aquella voz me resultaba bastante familiar, como si ya la hubiera oido antes, entonces me di la vuelta.

-No me jodas, eres tu- me dijo sorprendido señalandome.

Era el chico de la fiesta, no recordaba su nombre, pero sin duda su cara no era facil de olvidar, era muy atractivo.

-¿Que tal tu camiseta? ¿Se ha quitado la mancha?

-Si, quedó como nueva

-Ves como no era para tanto?

-¿Que haces en mi casa?

-Un momento, ¿vives aquí?

-Si,¿ y tu?

-Mi padre trabaja para Ward Cameron y me ha pedido que venga a dejale un par de cosas ya que ha tenido que irse unos dias.

-Espera eres la hija de Steve?

-Si, ¿le conoces?

-Claro que le conozco, trabaja para mi padre.

-El mundo es un puto pañuelo

-Ya lo creo, por cierto, ¿como te llamabas?

-No te lo he dicho todavía. le dije sonriente, entonces él se acercó algo más a mi.

-Pues deberías decírmelo, tu y yo tenemos algo pendiente.

Estabamos bastante cerca y eso me puso alg nerviosa, de fiesta no tenía ningún problema en ligar con los chicos y provocarles, me salía solo. Pero fuera de ese ambiente era diferente, era más precavida. Aunque aquel chico me había llamado la atención desde el principio.

-Valeria.- le mentí, aunque no me duró mucho la broma, ya que justo después de decirle mi falso nombre, bajó Sarah con su padre gritandome.

-¡Rory! Mi padre ya esta aquí.-me indicó mientras bajaba. Entonces comencé a maldecir en voz baja. El chico sonrió bromente.

-Con que Valeria ¿eh?

-Callate.- le dije y le empujé suavemente hacia un lado mientras el reía.

-Veo que ya conoces a Rafe también,- ese era el nombre, Rafe, ahora lo recordaba.- encantado de conocerte por fin Rory.-me indicó con una sonrisa el señor Cameron.

Después de los formalismos y las presentaciones, Ward me llevó a su despacho para que le dejara lo que tenía que darle. No me entretuvo mucho tiempo, como sabía sobre los vijes de mi padre, me dijo que si necesitaba cualquier cosa que podía audir a él, ya que al parecer él y mi padre eran muy cercanos. Le agradecí y salí de su despacho. Me encontré con Sarah, que parecía que había estad fuera esperando a que saliera.

A contracorriente || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora