Suspiro

5. La Chica del Yate

Londres, verano

Sasha Greyson

Desde hace un par de días estuve dándole vueltas a los documentos que Christopher mi hizo llegar al correo. Ni siquiera he podido dormir del todo bien ante la preocupación y ansiedad que me causa decir que "NO". Por lo general, me encantan los desafíos laborales, pero este proyecto se escapa de mis límites. ¡Es demasiado! Tanto a nivel intelectual como en responsabilidad.

¡125 millones de euros en juego! ¿Y si el proyecto va mal de un año a otro? ¿Si sugiero erróneamente que el plazo de devolución del préstamo sean más años de los necesarios? Estaría acabada si me equivoco. Es demasiado. Imposible. Me sobrepasa por mucho este tipo de responsabilidad.

- Buenas tardes, señorita Greyson.

- Igualmente -le respondo a la secretaria con una nerviosa sonrisa-.

- Miss Miller ya la está esperando. Pero antes me pidió que le preguntase por el almuerzo que desea.

- ¿Almuerzo...? -digo contrariada. Dudo que exista un almuerzo luego de decirle a Miller que dejaré el proyecto-. No, no... Descuida. Solo conversaré un par de minutos.

- Entiendo. Si cambia de opinión, me puede avisar.

- Por supuesto. Muchas gracias.

Tomo aire al borde de la puerta de la ofician de Enchantress y decido cruzarla mientras suspiro todo el terror y ansiedad que me estuvieron consumiendo estos días. Sé que hubiese sido hermoso y muy profesional que el proyecto minero lleve mi firma como analista financiera, pero tengo miedo a equivocarme.

- Buenos días, Miller.

- Sasha, ¿qué tal? Christopher me dijo que necesitabas hablar conmigo muy urgente.

Con la mirada señala que me siente y estrechamos manos como saludo, aunque la mía parece hecha de gelatina.

- Sí, y debo confesarte que esta conversación tuve que habértela pedido hace varios días atrás.

- Ya veo, Sasha. Sabes, más o menos me hago una idea del motivo por el que has venido. Rechazas ser parte del proyecto de Mitsui Mining, ¿no?

- Exactamente.

- ¿Mucha presión? ¿Miedo a fallar? Todo eso es normal. Es por esa razón que te mandé el proyecto. Es imposible que lo hagas tú sola, pero por tu mirada siento que sí deseas aceptar el reto.

- Más o menos... -murmuro confundida-. Sé que puedo dar lo mejor de mí...

- Pero sientes que de alguna u otra manera no sería suficiente. Es lo normal, Sasha.

Exclama sonriente mientras juega a darle vueltas al aro metálico en su ceja.

- Tienes todo para ser una analista financiera exitosa, pero te falta afinar algunos detalles que no se aprenden en los libros como el aún ser emocionalista y poco confiada en ti misma.

No necesito pronunciar palabra alguna para confirmar lo obvio.

- Trabajaremos juntas para que Mitsui Mining obtenga el financiamiento necesario sin arriesgar los fondos de Barclays.

Esta vez sí sonrío de emoción. Si estoy al lado de Miller sé que nada puede salir mal. El reto se ve más pequeño y sencillo de vencer, pero la rubia de cabellos cortos adivina mis pensamientos.

- Sabes, me dicen The Maker porque supuestamente puedo construir imperios financieros solo señalando con mis dedos las inversiones correctas -afirma con la voz neutra-. Lo que no se cuenta es todo el trabajo que hay detrás de cada decisión que tomo. Así que Sasha, si aceptas tomar este desafío, necesito que te comprometas a que trabajarás hasta más allá de tus límites.