14- Placer

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Se habían quedado a mirar la última función del cine, saliendo de la plaza bastante tarde y caminando hasta la parada del autobús para llevar a _____ a casa.
Sin embargo, se habían cruzado con un pequeño parque, en el que Shinichiro había insistido en hacer una parada rápida.
-¡Mira! Está libre
Tomó la iniciativa, arrastrando a su novia entre las resbaladillas y los sube y baja.
-¡Espera, Shin!
Pedía entre grititos ______ mientras Shinichiro le animaba a sentarse en uno de los columpios del parque.
-Mi amor, por si no lo habías notado, estoy usando una falda.
Le señaló lo obvio la chica, pero sin detener los ánimos de su pareja al verlo realmente emocionado con la idea.
-Va a ser divertido.
Se colocó detrás de ella, comenzando a empujarle.
-Bebé...
Le miró apretando los muslos, comenzando a notar la brisa en su ropa interior sin poder frenar a su pareja.
-No hay nadie que puede verte, amor
Le dijo el más alto. Animandola a disfrutar el momento.

Se rió ante las protestas, recordando los días en que empujaba a Emma siendo una niña.
Esa bonita sensación de hacerla feliz se réplicaba entre más se reía su novia.

-Para, Shin. O te haré subir también
Le advirtió sin poder dejar el buen humor.
-Mis pies arrastran desde que tenía 14... Aunque quisiera, no es tan divertido como cuando eres pequeño.
Explicó sin dejar de hacerla ir más alto.
-¿Me acabas de llamar sutilmente enana?
Preguntó fingiendo indignación, pero sin poder aguantar la carcajada.
Se divirtieron un rato más, acompañados solo de la luz de una vieja farola.

-Se hace tarde mi amor
-Bien, bien-Le ayudó a frenar por fin -Vamos
Le ofreció la mano, tirando de ella y arrastrándola a un beso profundo.
-¿Te he dicho lo muy feliz que me haces?- Le sonrió bobamente el pelinegro -Te amo

_______ sintió el corazón acelerarsele. Su intento por responder a la declaración viéndose interrumpido por un nuevo beso.

-Shin...
Le tomó por las mejillas, admirando su rostro y dándose cuenta de lo muy enamorada que estaba del muchacho.
Una vida sin ese chico era algo que sinceramente, no quería imaginar.
-Realmente eres lo mejor que me ha pasado en la vida
El chico levantó la barbilla sutilmente, besándole con ternura la frente
-Oye... Quizá no es tan tarde después de todo...
Lo miró hacia arriba, mordiéndose el labio inferior, dudando con lo que iba a decir.
-¿Qué tal si...- Se paró de puntitas, tirando un poco de su novio para hablarle al oído -...Vamos un rato al taller?

Shinichiro ladeó la cabeza, meditando la situación.
El rubor en las mejillas de su novia confirmando que había entendido correctamente.

-Ah.... ¿A la tienda? Cómo... ¿Tú quieres?
Balbuceó sin poderse creer aún la propuesta.
-Quiero tener sexo con mi novio ¿Si?
La cara de Shinichiro era una obra de arte, menguando entre la sorpresa, la exitación y el pánico.
-¿¡Enserio!?
Volvió a besarla,sin perder oportunidad en el jugueteo camino a la tienda, sin intensión alguna de abrir las puertas.

Los besos acalorados con lengua habían pasado al cuello a las clavículas.
Los cálidos roces contra sus cuerpos se habían transformado en fuertes apretones en los que la ropa había venido sobrando, incluso desde antes de cruzar siquiera la puerta.

El oscuro callejón había sido la prueba más difícil, con el pelinegro tratando de encontrar sus llaves entre las prisas y la resistencia que estaba poniendo el picaporte ante sus dedos temblorosos.
Pero en cuanto la puerta sedió, dándoles acceso a la intimidad del local, ninguno de los dos pudo poner freno a las caricias apasionadas.

Las manos de Shinichiro ya eran bastante grandes de por sí, por lo que _______ sentía un verdadero fetiche teniéndolas sobre su culo, manoseándole por debajo de la falda.

No eran bestias, pero los deseos carnales acumulados de ambos se habían estado tentando por semanas y al fin habían sucumbido ante la presión.

Si en algún momento, el pelinegro quería agradecer a los Dioses algo, era en ese preciso instante, cuando _____ masajeaba sobre sus pantalones la erección punzante que estaba lista para entrar en acción.
Ésta vez, no iba a acobardarse.

Veintiuno [Shinichiro Sano] TERMINADAWhere stories live. Discover now