Capítulo XXVII

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Somos una familia, somos 7 ¿Qué significaba eso? ¿Dónde estaba la dirección? ¿Y por qué la tarjeta no decía algo relacionado con JK que se suponía que era el siguiente?

Ahora que regresaba para leer las demás tarjetas se daba cuenta de que eran bastante explicitas y permitían ver a quien te encontrarías, pero esta no lo era y ella ya empezaba a entrar en un caos de confusión. Tal vez debió abrirla antes de que Tae se marchara, pero nada le aseguraba que él le explicara algo, los chicos habían sido bastante discretos hasta el momento e incluso evadían algunas de sus preguntas.

Clau se puso sus gafas y fue por un vaso de agua, deslizó la pequeña silla de la habitación y en la mesa expandió cada una de las tarjetas, cada una con una frase, con una dirección y unos extraños bordes negros, menos la última, la última solo tenía una frase. Tomó asiento y con las manos apoyadas en su cabeza trataba de pensar qué debía hacer, en ese momento decidió recordar con detalle cada una de sus citas y cada una de las palabras de los chicos, Un plan, Un juego, Son pistas.

En ese momento todo se aclaró, cada tarjeta tenía una frase relacionada con alguna de las actividades que les apasionaba hacer, eso solo le daba pistas de la temática de la cita, pero había algo extraño, cada tarjeta tenía unos extraños bordes negros que parecían no tener importancia alguna, cosa que no era cierta. Tomó la tarjeta de Nam y la de Jin, su hipótesis era correcta, las tarjetas se unían por los bordes negros, tomó la de Yoongi y una vez más los bordes continuaban encajando. Luego puso la de Hobi debajo de la de Nam, a su lado la de Jimin y por último la de V, había funcionado, lo había resuelto. Los bordes negros formaban un marco que convertían a esos rectángulos de papel en una gran tarjeta llena de frases y direcciones. 

Se emocionó bastante, no creía que verdaderamente lo había resuelto, pero su felicidad terminó cuando vio que en la esquina de la mesa todavía reposaba la última tarjeta, esa que no tenía bordes

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Se emocionó bastante, no creía que verdaderamente lo había resuelto, pero su felicidad terminó cuando vio que en la esquina de la mesa todavía reposaba la última tarjeta, esa que no tenía bordes. No podía ser cierto, esa tarjeta no encajaba en ninguna parte y ahora que lo pensaba no había resuelto nada, porque en su mesa solo estaba una gran tarjeta con bordes que no le decía nada más de lo que ya sabía. Clau se frustró, pensó y pensó durante horas, pero al final terminó dormida con su cabeza apoyada en la mesa. 

"No soy como las demás chicas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora