ATTE: MYG [Min Yoongi]

4. El chico misterioso

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—¿Hola?

—Hola, necesito tu ayuda.

La voz de Taehyung del otro lado de la línea sonaba realmente preocupada.

—¿Qué pasó?

—Mi camisa está arrugada, y encima sucia —suspiró frustrado—. ¿Podrías decile al otro que me preste una?

—¿Hyeong Jun? Tranquilo, tengo muchas camisas de él.

—Perfecto, ¿puedes traerla antes de las 1:30 pm?

Instantáneamente acepté, finalicé la llamada y me levanté de cama. Eran las 9:48 am, aún tenía el tiempo suficiente para buscar entre la ropa de Jun.

Caminé hasta mi armario, y mientras buscaba alguna camina adecuada para mi amigo, una playera se deslizó hasta caer en mis pies.

—¿Aún sigue esto aquí? —solté una risa nasal—

Rápidamente colgué la playera, ignorando quien había sido su antigüo dueño, o bueno... él seguía siendo dueño de toda la ropa que tenía en mi armario.

Aproveché la oportunidad para ver qué iba a ponerme, no había pensado en eso.

Saqué de varios cajones la poca ropa que había en ellos, esperando encontrar algo decente o acorde a la ocasión.

...

Salí de casa aún faltando casi una hora para las 1, y justo ahora iría directamente a casa de Taehyung, dónde tal vez estaría alguno de los chicos.

No creo, estoy segura.

Antes de subirme al taxi, llamé a Tae, quien respondió a los segundos.

—Ya estoy camino allá.

—Gracias, me estaba volviendo loco.

—¿Podrías dejar tu puerta abierta? Solo lo dejaré y me iré.

—Está bien.

En pocos minutos, el taxista me dejó frente a casa de Taehyung. Le pedí que no se fuera, así que traté de ser lo más rápida posible.

Subí las escaleras hacia el cuarto de Tae, esperando que por fin abriera.

—Estás aquí —suspiró—. La ceremonia comienza a las 4, ¿no irás?

—Si, por eso es que solo vine a dejarte esto y me iré.

—A, ¿entonces...

—¡Taehyung! —Wooshik gritó interrumpiendo— Vamos, Jimin acaba de llegar.

Tae y yo nos vimos fijamente algo asustados. No me iba a esconder, pero estaba obvio que sería una situación incómoda si él me veía aquí.

—Anda, tenemos que apurarnos.

El asintió, ambos salimos de su cuarto, viendo a Jimin al cruzar el pasillo.

Le di una rápida mirada al chico a mi lado, esperando que, si iba a hablar, no se alargue demasiado la conversación.

—Hola __________.

—Hola Jimin.

Los tres nos quedamos en silencio.

—¿Irás a la ceremonia?

Asentí: —Soy su amiga, lo menos que debería hacer es ir a su ceremonia.

—Si —sonrío con más confianza—... entonces nos veremos en la universidad.

—No creí que volvería ahí —rieron—. Debo irme, tengo que cambiar de ropa.