❝ I can't stop this feeling, I want
to see you so badly. Why is it
like this? ❞
Compilación de escritos sobre Tokyo Revengers. Para más información revisar el primer apartado.
Los personajes utilizados no me pertenecen, todos los créditos a...
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Tipo: Drabble.
Género: Fluff, romance.
Palabras: 334.
Género del lector no especificado.
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Infinita belleza refulgente bajo el manto propio de la luna, de carácter etéreo y hasta inmaculado a pesar de los actos precedentes de profunda e íntima vulnerabilidad. Hebras de girasol que besan insistentemente la frente humedecida por culpa del esfuerzo, cosquilleando sin decoro y tanteando paciencia; las suaves marcas en su entrecejo fruncido lo delatan abiertamente.
Inui advierte una mano compañera salvando su pellejo de los mechones traicioneros, peinando el cabello sudoroso lejos de sus facciones, ahora relajadas por la atención cariñosa. La risa airada que endulza sus oídos provoca una colisión de planetas en sus entrañas recubiertas de algodón, y siente que es imposible reprimir la curva que quiere apoderarse de las comisuras de sus labios sonrosados. Entonces, se deja ser.
Pronto, siente los dedos tibios trazar diligentemente el contorno de aquella imperfección que lo marcaría de por vida, recorriendo la dermis con una ternura que asegura ser fantasiosa, ilógica. Fuera de este mundo. Porque la cicatriz irregular que se extiende por el lado izquierdo de su rostro no es digna de su afecto incondicional, y aún así se permite creer, sentir. Amar. Amarse.
—Eres precioso.
Los ojos de jade buscan la mirada de su fiel acompañante, y entre el intercambio sin necesidad de palabras, su boca se amolda contra la suya en un agradecimiento silencioso, tragando suspiros y dejando fluir las penas que alguna vez hundieron su alma con roces plagados de adoración mutua y deseo consentido.
Un beso en la mandíbula, otro en la garganta y un punto final en la clavícula. Sella el recorrido con una succión ligera que lo tiene sonriendo contra la piel fina cuando escucha un jadeo morir en el aire. Había sido bien recibido.
Y mientras cierra la brecha que impide a sus corazones ser uno, profesa todo en un simple murmullo de tono ahogado. La imperfección se evapora y el sosiego lo seda dulcemente hasta perderse en las caricias que recorren su espalda.
La infinita belleza refulgente bajo el manto propio de la luna descansa.
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