Capítulo 11: Momentos felices

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Scarlett

Tengo horas en el baño y hasta la vez logro retirarme toda esta cosa pegajosa del cabello, se siente asqueroso y además apesta. Tengo la espalda totalmente roja, no sé qué mierda me habrán tirado, pero me causó un tipo de reacción alérgica en toda la piel.

Supongo que tendré que cortar mi cabello.

Resople varias veces, no me agradaba la idea de cortarlo, pero muchas opciones no había y ya que lo voy a cortar ¿por qué no teñirlo? Siempre he querido ser pelinegra.

Tendré que salir.

Después de casi tres horas intentando sacarme aquello del cabello decido vestirme, cubrirme con una gorra y salir al centro; espero el bus pacientemente con los audífonos en los oídos, a esta hora los chicos deben estar saliendo del cole, será mejor que me apure sino quiero encontrarme con Axel y Sofía, no quiero ver a nadie, sé que vendrán porque tengo millón mensajes de mi mejor amiga preguntando cómo estoy. Y no, no puedo seguirle amargando la vida haciéndole saber que no lo estoy, ella tiene derecho a divertirse con los demás, a ser libre y feliz de mí, ya que soy un imán de problemas. Con nothing breaks like a heart reproduciéndose en mi celular, decido ignorar al mundo.

Después de unos 20 minutos llegué al lugar que quería.

—¡hola! – me saludó la chica de la peluquería muy alegra. —¿en qué puedo ayudarte? – preguntó amable.

—bueno — hablé algo nerviosa. —en el colegio me jugaron una broma y mi cabello quedó así. – agregué quitándome la gorra y pude ver como todas las personas de la peluquería me observaban asombradas. —lo sé, es horrendo. – añadí tratando de no parecer estúpida. –

—wow – fue la expresión de la chica. —creo que hay que cortarlo – volvió a decir invitándome a sentarme en una de las sillas frente a un gran espejo, el lugar era muy lindo.

—lo dejo todo en tus manos — respondí haciendo una mueca de preocupación. —me gustaría teñirlo ¿puedo? –

—¡es una maravillosa idea! – respondió aquella chica emocionada. —¿tienes algo en mente? –

—solo que me agrada el cabello negro, pero supongo que quiero un cambio. –

—¿me dejas hacer algo? – preguntó tímida. —sé que te gustará —

—¡si! – respondí tranquila. —estoy aburrida de lo mismo de siempre. – agregué pensando en todas las cosas que han pasado.

Mientras me hacían quien sabe qué en el cabello revisé mi celular, tenía cientos de mensajes de Sofi, Leo, José, Fabi y también de Axel. Todos preguntaban si estaba bien, creo que José y Leo les dijeron que me fui a casa porque me sentía mal y agradezco hayan mentido por mí en contra su voluntad; después revisé los mensajes en el grupo de WhatsApp donde estábamos todos, los chicos habían quedado en ir a una cafetería aquí en el centro para celebrar su primera victoria en el partido de hoy y decían que si me sentía mejor ellos me esperarían allí.

Estaré allí en una hora les escribí, supongo que ir con ellos un rato no me hará mal, pero grata fue mi sorpresa que al escribir todos se alarmaron de forma graciosa y empezaron a reclamar cómicamente que, porque no les respondía, sólo me reí.

—¡Listo! – me dijo la chica y lentamente levanté la mirada para verme en el espejo.

—¡wow! – dije asombrada —¿esa soy yo? – acepto que me encanta como quedó todo, la demora valió la pena; me había cortado el cabello hasta mi mentón y hecho un fleco ligero pero notable, en cuanto al tinte, me había pintado de negro y al levantarme el cabello hacia arriba o mover la mitad de arriba hacia un lado lo de abajo era rosa, la parte de debajo la había teñido ¡de rosa! Jamás pensé que estos colores me quedarían bien, pero me encanta.

¿Todo fue un sueño?Where stories live. Discover now